Cartas al Director

Señor Director:


La preocupación del subsecretario de Previsión Social, Augusto Iglesias, en cuanto a la elusión (cotización menor a las rentas efectivamente percibidas) y evasión (cotizaciones adeudadas por parte de los empleadores) es absolutamente ajustada a la realidad de nuestros cotizantes chilenos del sistema previsional basado en la capitalización individual de los fondos de pensiones.

Ello repercutirá en la jubilación de los trabajadores, que tendrán tasas de reemplazo -la diferencia porcentual entre las rentas percibidas y las pensiones a obtener- mayores o menores al final de la vida laboral, según sea la actitud del trabajador y el empleador, que no sólo beneficiarán o perjudicarán a los cotizantes sino a sus grupos familiares.

La elusión es un fenómeno enquistado en nuestra idiosincracia, cuya responsabilidad es compartida por el trabajador y el empleador que permite efectivamente percibir rentas líquidas más altas a fines de mes pero es “pan para hoy y hambre para mañana” e hipoteca el futuro de las pensiones, que lamentablemente serán mucho más bajas que las proyectadas por el sistema.

Como lo he planteado muchas veces la evasión, se debe a que la Ley N° 18.137, de 1982, permite a los empleadores declarar y no pagar oportunamente las cotizaciones de sus “colaboradores”, posponiendo el pago de estas a futuro (180 días).

Desgraciadamente, más de 120 mil empleadores no han cumplido sus compromisos, cargando sobre sus hombros querellas por deudas previsionales impagas, afectando seriamente la densidad de las cotizaciones y las futuras pensiones de los afiliados al sistema. De igual modo ocurre con la elusión.

He sostenido que la evasión se soluciona definitivamente derogando la Ley N° 18.137. Para terminar con la elusión es menester crear una campaña masiva poniendo énfasis en el perjuicio que ocasiona a los trabajadores, especialmente en las futuras pensiones.



EDUARDO DEL CARMEN HERNÁNDEZ




Señor Director:


Ha quedado atrás la epopeya política con motivo de la elección presidencial y si analizamos qué sensación y experiencia le deja al país y, especialmente, a los más jóvenes, debemos aceptar que no es muy buena. Primero, no se observó consecuencia en muchos candidatos con sus principios; segundo, se trata de un juego de cómo salir electo a cualquier precio; tercero, hemos observado en general cómo algunos se han comportado como hienas comiéndose a sus congéneres si ello les da una ganancia de cualquier tipo y, si nos volvemos al abanico inicial, es aún más claro.

Por último, se ha echado mano a hechos del pasado, sin una visión de país y mirando al futuro. Todo esto, creo, a los jóvenes de por si idealistas no les puede gustar. A mí tampoco.

Completemos este cuadro con un broche de oro, una alta abstención. Lamentable, parece que de buena política nos falta y bastante. ¿Es que en nuestro país se perdió la forma de hacerla y con mayúscula o qué? Es dudable, por tanto, que nuestros jóvenes se puedan entusiasmar y encantar con la política.



José Manuel Caerols S.





Señor Director:


Años atrás, gran parte de las empresas chilenas se mostraban reticentes a realizar transacciones por Internet o implementar nuevas tecnologías en el desarrollo o cierre de sus negocios. Muchas se excusaban en supuestas falencias de seguridad de la red o en la pérdida de información privilegiada que una transacción en línea podía generar, entre otros motivos. Afortunadamente, hoy es posible afirmar que cada vez son más las compañías que están automatizando sus procesos y recurriendo a plataformas comerciales electrónicas no sólo para concretar negocios, sino también para aumentar la transparencia y mejorar la toma de decisiones.



Rodrigo Contreras Vielma


Gerente General de Senegocia.com