Cartas

Cartas al Director

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Academia e industria



Señor Director:


Un artículo publicado en una importante revista científica describe la capacidad de Alemania para vincular exitosamente al mundo académico y el industrial. Gran parte de su fortaleza se debe al desarrollo de un sistema nacional de ciencia básica y académica sólido, con financiamiento adecuado y en donde la formación de capital humano tiene un papel fundamental. He aquí una importante distinción, puesto que existe un énfasis especial en el fortalecimiento continuo de la capacidad científica, con una diferenciación entre los instrumentos de apoyo a la ciencia respecto a los de innovación. Alemania sí cuenta con un Ministerio de Educación y Ciencia, que posee agencias e instrumentos destinados a fomentar la investigación científica multidisciplinaria en ese país, mientras que posee también un consejo especializado en asesorar al gobierno en materia de desarrollo científico, independiente del consejo asesor de Innovación creado sólo recientemente. No es de extrañar, por ende, lo expresado por Hans-Jörg Bullinger en vuestra nota respecto al concepto de un Ministerio de Economía e Innovación, puesto que Alemania hace una diferenciación entre las políticas de ciencia e innovación.

Es importante que, al mirar las experiencias de países exitosos, tengamos una visión de conjunto. El sistema de Alemania, reflejado en un consejo independiente, una implementación de una política científica a nivel ministerial, y dando especial apoyo al fomento de la ciencia junto al sistema universitario, reflejado especialmente en su “Excellence Initiative” y que impulsa la “investigación de clase mundial” en sus universidades, es un ejemplo elocuente. En esta dirección, las palabras de Hans-Jörg Bullinger en el artículo en cuestión deben llamarnos a reflexionar: “Muchos países han tratado de imitarnos... pero sus esfuerzos fracasan porque piensan a corto plazo”.



Pablo Astudillo


Equipo de Coordinación Más Ciencia para Chile


Traslado de Conicyt



Señor Director:


Me parece muy interesante la carta del Sr. Urzúa: hay una parte de la investigacion basica y cientifica cuyo objetivo final no es la rentabilidad económica, sino el beneficio para la sociedad o la humanidad. Creo que el traslado de Conicyt al Ministerio de Economía obedece a un capricho de desarrollar la investigacion en función de las rentabilidades, para que posteriormente puedan ser traspasados a empresas privadas. En Chile tenemos varias empresas que cuentan con laboratorios de investigación básica y científica de sus productos y que les han permitido un gran desarrollo. Un gran ejemplo es SQM, que desde hace 30 años ha introducido en el mercado mundial varios productos nuevos que han sido muy aceptados y han dado muy buenos beneficios para la empresa y para el resto de la humanidad.



Pedro Pablo Molina Wood


Vespucio Oriente



Señor Director:


Espero que tanto las autoridades como los artífices del proyecto tengan una visión nítida a largo plazo de lo que se necesita en la capital, contemplando en ello el bienestar de toda la comunidad.

No sólo aferrándose a sus propios intereses, puesto que nadie quiere una autopista en el lugar donde uno vive, tal como la frase popular yankee “not in my back yard” (Nimby). A lo que se suma, la equívoca premisa económica del construir por construir para lucrar, lo que conlleva a la saturación del medio reduciendo los sectores verdes, limpios y libres de contaminación acústica.



Francisco Abarca Tuzzini


¿Información?



Señor Director:


Siete meses sin saber de la salud de Castro. Ante las dudas, un ex vicepresidente de Chávez aparece mostrando una foto con Fidel, supuestamente tomada en estos días. Afirma que está bien de salud y que conversaron de actualidad durante cinco horas. Jugar al misterio y a la desinformación, más que generar interés por el tema ya agotado de la salud del líder cubano, recuerda al mundo lo quebrantada que está la salud del régimen que heredará a su pueblo.

Si el objetivo era informar honestamente, una palabra de Fidel valía más que mil imágenes.



José Luis Hernández Vidal

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