Cartas

Inversión en I+D: los incentivos correctos

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Señora Directora:

No cabe duda de que el progreso de un país está relacionado con la inversión en Investigación y Desarrollo; esto fomenta la generación de conocimiento e innovación. Países que han seguido este camino son referentes en sus índices de crecimiento y competitividad.

Históricamente en Chile, la inversión en esta materia ha sido bastante baja en comparación a otros países de la OCDE. Para mitigar esta brecha, se han hecho varios esfuerzos de políticas públicas, entre ellos la creación de la Ley 20.241 que entrega un incentivo tributario para fomentar la inversión, proponiéndose este año algunas mejoras, como ampliar el tope de inversión. O también la idea de una tasa de desarrollo del 2% de las utilidades para ser reinvertidas en este tipo de proyectos.

Si bien todas estas políticas parecen favorables, es interesante entender las razones de por qué durante todos estos años no ha tenido el efecto esperado. Si el incentivo a la inversión no ha generado el impacto establecido, ¿Cuál será el mejor camino?

La experiencia nos señala que las empresas tienden a asociar la I+D a ciencia “dura” y no a aplicaciones que resuelvan problemáticas de mercado. Esto desmotiva a las empresas, pues perciben la I+D como algo lejano y no aterrizado. Pero la realidad es totalmente contraria, ya que existe mucha investigación que puede ser transferida hacia el mercado y muchas innovaciones basadas en ciencia con alto potencial.

Así, la tarea para gobiernos y legisladores es clara y urgente: más y mejores políticas públicas que interioricen a las empresas acerca de los reales beneficios de la I+D.

Jorge Vásquez

Director de Transforme

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