Señora Directora:
Las inversiones que empresas estatales chinas están llevando a cabo en sectores regulados en Chile, como la distribución eléctrica y las concesiones de obras públicas, han sido cuestionadas por algunos por ser “sectores estratégicos” o por potenciales represalias comerciales por parte del Estado chino.
Ante estos resquemores, recordemos que nuestro país no discrimina la inversión extranjera por su nacionalidad o tipo de propiedad. Ejemplo de esto son las inversiones de empresas estatales foráneas en puertos y aeropuertos. Asimismo, los tratados de libre comercio y de inversión extranjera establecen reciprocidad de trato, excepto por inversiones en sectores estratégicos o esenciales, para lo cual no existe una institucionalidad específica en el país.
Por otro lado, los inversionistas chinos -tanto estatales como privados- se caracterizan a nivel global por tener una mirada de (muy) largo plazo, clave para invertir en mejorar el nivel de servicio a sus usuarios.
Chile -hoy un país más pobre, desigual y endeudado- debe, con irrestricto cumplimiento de la legislación vigente, dar la bienvenida al capitalismo chino, lo cual no obsta discutir la institucionalidad acerca de qué actividades con realmente esenciales o estratégicas.
Roberto Darrigrandi U.
Economista