Ley de Insolvencia
Señor Director:
Recientemente, se cumplió un año de la promulgación de la nueva Ley de Insolvencia y Reemprendimiento y los datos de la Superintendencia muestran un fuerte impacto de la normativa. De acuerdo con la entidad, los procesos de renegociación de deudas de personas naturales aumentaron 144% entre 2023 y 2024, pasando de 807 casos a 1.968. Asimismo, las liquidaciones (quiebras) de personas naturales se duplicaron, con 4.709 casos en 2024 frente a los 2.329 del año anterior, lo que representa un aumento del 102%.
Estas cifras demuestran cómo nuestro país está avanzando hacia un cambio cultural. Con la antigua ley de quiebras, existía una especie de “temor” general a caer en este proceso, porque existía el estigma de que la “bancarrota”, era sinónimo de fracaso.
Hoy, el objetivo de la nueva ley y sus reformas ha sido cambiar este paradigma: la posibilidad de renegociar las deudas, al amparo de la Superintendencia, es una oportunidad para las personas naturales de “reordenar la billetera”, entendiendo que ello permite seguir optando al crédito comercial (si se reordena el pasivo, se pueden eliminar antecedentes o anotaciones comerciales, por ejemplo).
Con todo, a un año de la promulgación de esta nueva ley, podemos decir que nuestro país ha avanzado hacia un cambio cultural, derribando un tabú histórico en Chile: asumir las dificultades financieras ya no es sinónimo de fracaso, sino el primer paso hacia un nuevo comienzo. En otras palabras, la ley cumple su objetivo en tanto permite a las personas efectivamente .
Francisco Fuentes.
Director Grupo Litigios y Arbitrajes Albagli Zaliasnik