Señora Directora:
Cada año, casi un 85% de las aguas que se producen en primavera por los deshielos y en invierno por las lluvias, escurre desde nuestras altas cordilleras y se pierde en el mar sin ser utilizado. ¿Por qué no se ha hecho nada contundente para acumularlas en esos meses húmedos y poder utilizarlas en los secos?
Un programa de construcción de un millar o más de pequeñas y medianas represas en nuestra cordillera sería un paliativo a esta sequía. Existe una fórmula que ni siquiera representaría gasto para el Estado, y con unos pocos incentivos serían particulares quienes las harían. Además, en un momento como el actual de peligroso y triste aumento de la cesantía, se crearían miles de puestos de trabajo.
Rolf Fiebig Zarges
Ingeniero Civil Industrial, Ex Presidente ACERA A.G.