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Banco Central y debate constitucional

Enrique Marshall Director Magíster en Banca y Mercados Financieros PUCV, Exvicepresidente del Banco Central

Por: Enrique Marshall | Publicado: Miércoles 11 de octubre de 2023 a las 04:00 hrs.
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Enrique Marshall

Ha surgido en estos días un debate muy técnico sobre si el mandato del Banco Central debe ser la estabilidad de la moneda, como lo dicen las normas actuales, o más bien la estabilidad de los precios, que es lo propuesto por la Comisión Experta. Es una distinción sutil, quizá difícil de aprehender, pero que merece ser dilucidada.

La estabilidad de la moneda estuvo en la ley original del Banco Central en 1925. Es explicable porque este se creó junto con el restablecimiento de la convertibilidad y el patrón oro, interrumpidos por las constantes crisis monetarias de décadas previas. En el pensamiento de la época, era bastante claro que la estabilidad consistía en asegurar la convertibilidad y evitar la constante devaluación del peso frente a la libra esterlina.

“Los bancos centrales asumen hoy que su misión es preservar la estabilidad de los precios, entendida como inflación baja y estable. Este punto no parece en discusión”.

Pocos años más tarde sobrevino la Gran Depresión, que tuvo efectos severos y forzó cambios importantes, entre ellos, el fin de la convertibilidad. En ese contexto, de aguda crisis, debemos agradecer que hayan surgido mentes preclaras que brindaron orientación sobre cómo proseguir. Guillermo Subercaseaux fue una de ellas.

Subercaseaux fue el presidente del Banco Central entre 1933 y 1938. Me atrevería a decir que fue el primer gran presidente de la institución. Después vinieron otros también sobresalientes. Al terminar su período, Subercaseaux escribió un informe en el que comparte ciertas reflexiones sobre banca central. Había sido un férreo partidario de la convertibilidad y el patrón oro, pero era un hombre inteligente y visionario, que sabía extraer lecciones de la vida. En ese contexto escribió la siguiente:

“Debemos agregar que esta estabilidad no Ia entendemos ahora, como sucedía antes, ligada al gold standard o patrón de oro, sino que Ia relacionamos al nivel de los precios que expresa mejor el poder adquisitivo de Ia moneda. Sin necesidad del patrón de oro, podemos mantener esta estabilidad con solo respetar las normas de política monetaria y bancaria a que nos hemos referido. La vuelta al patrón de oro no parece aconsejable al menos para nuestras Repúblicas Sudamericanas.”

La profesión de la Economía evolucionó en la línea sugerida por Subercaseaux. Así, los bancos centrales entienden hoy que su misión es preservar la estabilidad de los precios, entendida como inflación baja y estable. Este es un punto que no parece estar en discusión.

El mandato actual del Banco Central se formula como “estabilidad de la moneda”. Sin embargo, con un sano pragmatismo, este se ha movido hacia uno de “estabilidad de precios”. Ello quedó en evidencia cuando estableció un régimen de meta de inflación complementado con un sistema de flotación cambiaria.

Las diferencias entre estos dos conceptos en disputa son finas y, ciertamente, no dan para quemar las naves, pero el país haría bien en mirar hacia adelante y no añorar tiempos pasados, al menos en este punto.

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