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Columnistas

DF Tax | Alza de impuestos: ni la forma ni el momento

Sofía Cid, diputada por Atacama.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 24 de abril de 2025 a las 04:00 hrs.

El Gobierno ha decidido congelar su reforma del impuesto a la renta. Una decisión tardía que confirma lo que advertimos desde el principio: no solo era una mala idea, sino también una pésima señal para un país que necesita inversión, empleo y certezas.

La propuesta contemplaba reducir la tasa del impuesto corporativo del 27% al 24%. Podría parecer positivo, pero su compensación fiscal la volvía inviable: subir la carga sobre las rentas personales altas, aplicar un 4% a la primera distribución de utilidades y establecer un sistema dual de tributación. Todo esto, en medio de una economía estancada, como lo reconoció el Banco Central en su IPoM de marzo de 2025, proyectando un crecimiento moderado del PIB entre 1,75% y 2,75%.

“El Gobierno ha decidido congelar su reforma del impuesto a la renta. Una decisión tardía que confirma lo que advertimos desde el principio: no solo era una mala idea, sino también una pésima señal para un país que necesita inversión, empleo y certezas”.

Según Hacienda, el costo neto de la propuesta era de 0,3% del PIB. ¿El resultado? Más complejidad tributaria, menos incentivos a la reinversión, y mayor incertidumbre para las empresas. No era una reforma pro crecimiento, era recaudatoria con otro nombre.

Las cifras son claras. El Consejo Fiscal Autónomo señaló que entre 2007 y 2023 los ingresos estructurales del país promediaron el 22% del PIB, mientras que el gasto alcanzó el 23,8%. El problema no es cuánto se recauda, sino cómo se gasta. Además, según la OCDE, en 2019 Chile tenía una carga tributaria del 20,7% del PIB, frente al 33,8% promedio del bloque. Aun así, la misma OCDE advierte que factores como la certeza jurídica, simplicidad tributaria y eficiencia del gasto son clave para atraer inversión, por lo que subir impuestos en este contexto iba en la dirección contraria.

Como representante de Atacama, donde la minería, los servicios y las PYME son pilares económicos, me opongo a políticas que castiguen al sector productivo. Las empresas necesitan reglas claras y estabilidad, no reformas que cambien las condiciones cada ciertos años.

Además, subir los impuestos personales puede sonar justo, pero en la práctica desincentiva el ahorro, la inversión y la atracción de talento. 

Celebro que esta reforma se haya frenado, pero lamento que haya sido por falta de apoyo político y no por una evaluación técnica y seria. Chile necesita una reforma tributaria, sí, pero una que promueva la inversión, simplifique el sistema y fortalezca a las regiones.

Nuestra economía requiere dinamismo, no más trabas. Y las regiones, como Atacama, no pueden seguir pagando el precio de malas decisiones tomadas en Santiago. Desde el Congreso seguiré defendiendo el esfuerzo de quienes cada día mueven este país hacia adelante

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