El imperio de la razón
El presidente de la República como algunos de sus ministros...
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El presidente de la República como algunos de sus ministros nos anticiparon que la propuesta tributaria en estudio contiene un alza del impuesto de Primera Categoría. Este anuncio contagió a algunos empresarios, miembros de la coalición de gobierno, contando con el apoyo de la oposición, en la idea, más no en el porcentaje de alza.
Los medios de comunicación dieron rienda suelta a todo tipo de informaciones, aseverando que Chile cuenta con una de las menores tasas de ese impuesto en el mundo. Indican que estamos en el noveno lugar con menor carga de la OCDE y que sólo 43 países tendrán un gravamen menor al 20%.
El razonamiento básico de análisis consiste en determinar si el caso es comparable, esto es si la forma de tributar es igual o diferente a lo que ocurre en ellos. Para sorpresa de muchos, es diferente, pues en nuestro caso la relación entre la empresa y sus socios o accionistas, sistema único en el mundo, permite que estos últimos decidan el momento de tributar, oportunidad que ocurre cuando retiran utilidades. En los otros países la empresa sirve ambos impuestos en forma simultánea. En términos prácticos, para comparar uno y otro caso es necesario determinar cuál es la carga final que afecta a los socios, pues como decíamos, en Chile la empresa paga impuesto de Primera Categoría por las utilidades anuales que obtenga y los socios lo harán cuando las retiren, otorgándose de crédito el impuesto pagado por la primera.
Es necesario también responder a si una mayor carga tributaria de la empresa es o no absorbida por sus socios o accionistas, esto es sus dueños, o bien se traspasa a precio o la soportan en parte sus trabajadores. Una respuesta adecuada a esta pregunta, indispensable para un análisis serio, llevará o no a la conveniencia de alzar los impuestos.
También hemos conocido algunas propuestas y comentarios de distinguidos personajes Nos quedamos por ahora con dos. Una del senador Hernán Larraín, quien plantea, entre otros, que aparece conveniente que el impuesto de la empresa sea progresivo, esto es que a mayor utilidad de la empresa, la tasa sea mayor.
En mi columna de septiembre, y en otras, sugerí lo mismo, basado principalmente en que esta forma podía contribuir a una mayor eficiencia del sistema que hoy tenemos, y que ese sacrificio de aquellas con mayor rentabilidad, podría generar una más alta recaudación. Advertí también que esta propuesta debería se analizada y estudiada en profundidad.
La segunda se refiere a declaraciones de la senadora Soledad Alvear, quien sostuvo que los empresarios chilenos realizan inversiones en países con mayor carga tributaria. Para aproximar un razonamiento sobre esta afirmación, es necesario señalar que, según la información proporcionada por la OCDE proveniente del estudio de 178 países, la carga tributaria promedio de esas empresas es de 24,8%. En el caso de inversiones de extranjeros en Chile, las rentas se gravan con un 35%.
Parece ser que un debate informado y razonado será necesario y exigido para que cualquier cambio tributario no sólo resuelva cuestiones de orden inmediato sino que a futuro, otorgando a los inversionistas una razonable estabilidad.