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El “lado bueno” para los mercados laborales

Rana Foroohar © 2019 The Financial Times Ltd.

Por: Rana Foroohar | Publicado: Miércoles 3 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Rana Foroohar

Para comprender verdaderamente por qué el mundo está tan dividido actualmente, hay que analizar detenidamente a nivel local por qué la participación de la mano de obra en el “pastel” económico se ha reducido tanto en los últimos años, especialmente en EEUU y Europa Occidental.

Se culpa generalmente a la globalización de la disminución de la participación de la mano de obra y del subsiguiente descontento entre los votantes de clase trabajadora y, más recientemente, de clase media. Sin embargo, un informe reciente sobre el mercado laboral estadounidense realizado por el McKinsey Global Institute (MGI) reveló que la globalización era en realidad la última de las cinco principales razones por las cuales la participación de la mano de obra en el ingreso nacional ha disminuido desde principios del siglo XXI.

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Según el estudio, la razón principal de la disminución de la participación de la mano de obra es que los superciclos en sectores como el de los productos básicos y los bienes raíces han convertido a esos sectores, los cuales favorecen el capital sobre la mano de obra, en una parte más importante de la economía general. Pero la razón número dos —un aumento en la importancia de los activos intangibles en nuestra economía— nos dice mucho más sobre el descontento de los trabajadores (y los votantes).

Los activos intangibles que incluyen computadoras y software se deprecian mucho más rápidamente que los activos tangibles, como las maquinarias y las fábricas. Los menores ciclos de vida y la continua caída de los precios de las nuevas tecnologías — así como sus efectos de mejoramiento de la productividad — implican que se invierte más dinero en ellas, lo cual deja menos para la mano de obra. Eso, en combinación con el hecho de que la automatización ha disminuido los ingresos, representa el 38 por ciento de la disminución total de la participación de la mano de obra desde 1999, según los cálculos de MGI.

Lo que tiene sentido es acercarse más a la demanda de los consumidores, una tendencia que estuvo creciendo durante una década antes de que las guerras comerciales actuales llevaran a las compañías a comenzar a reconsiderar las cadenas de suministro por razones políticas.

Las compañías occidentales también están ansiosas por ubicar el proceso de producción en sitios más cercanos a sus clientes, una tendencia que ha sido posible gracias a la cultura de “justo a tiempo” y ha sido facilitada por tecnologías que incluyen la impresión 3D y la inteligencia artificial. Conforme las redes sociales alimentan las tendencias, los consumidores no quieren esperar semanas por un producto que su influenciador favorito en Instagram está promoviendo en este preciso momento.

Esa dinámica favorece la rapidez de comercialización por encima de todo lo demás, lo cual a su vez favorece la ubicación local. Estas tendencias podrían ayudar a revertir la tendencia decreciente de la participación de la fuerza laboral en EEUU, así como en los países europeos.

La solución: cambiar la política para apoyar la inversión en capital humano, al igual que hacemos con otros tipos de inversión de capital. EEUU debe cambiar su código tributario para permitirles a las compañías amortizar las inversiones en trabajadores de la misma forma que hacen con las maquinarias. Si seguimos subsidiando el software y no apoyamos a las personas, el futuro parece nefasto.

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