Todos partimos nuestra vida laboral sin que nadie nos enseñe cómo trabajar. Si tuvimos suerte nos regalaron un cuaderno, nos dieron 3 instrucciones e imitando aprendimos. Así, sin mucho diseño y mucha casualidad, llegamos a que para ser un buen trabajador hay que estar muy ocupado, medio estresado, ir a muchas reuniones y responder muchos mails. Muchos cuentan con el pecho inflado cuántos mails le llegan al día, pero probablemente los mismos no son muy productivos. Tristemente tenemos una cultura laboral en torno al parecer y por eso cuando el jefe no está, mejor mandar muchos mails y copiarlos, para que vean.
La cultura laboral es “eso que pasa cuando el jefe no está” y lamentablemente en Chile no es muy buena. Mientras 50% de los CEO de las empresas más grandes de EEUU opinan que esto es un tema urgente, según Forbes, hoy en Chile raramente se discute. En el año de la productividad, pensamos que ella va a llegar desde el cielo cuando la solución más efectiva es mejorar la forma en que trabajamos.
En Chile la productividad ha aumentado menos de 1% en 25 años (según Corfo - UAI) y podríamos hacerlo en 10% y ganar una hora cada día, partiendo con 3 buenas prácticas. La primera por ser puntuales: Tal como un avión atrasado 15 minutos en el primer vuelo resulta en el último del día despegando 2 horas tarde, lo mismo pasa con las personas y quienes los rodean. Segundo, es crucial comunicar activamente la estrategia y objetivos de la empresa. Que “exista” una presentación no basta: tiene que ser explicada, conversada, entendida y repetida. Es la única forma que las personas puedan tomar buenas decisiones. Hoy lamentablemente lo hacen a diario sin saber para dónde va la empresa. Tercero, menos mails y más tareas. En vez de conversaciones desordenadas por mail, lo razonable es usar algún administrador de tareas y objetivos digital que permita hacer seguimiento simple y fácil de en qué están los equipos. No mande un mail preguntando “¿en qué estamos?”, sino que revise si la tarea está lista o no.
Para ser un país desarrollado es prioritario ser más productivos y mejorar nuestra cultura laboral es más simple y efectivo de lo que imaginamos. Hay que perseverar, partiendo por ser puntuales, comunicar la estrategia en forma clara y tener un buen seguimiento de tareas (mandando menos mails). Sólo así lograremos evolucionar y lograr que todos seamos eficientes y efectivos, incluso cuando los jefes no estén presentes.