José Andrés Murillo, de la Fundación para la Confianza, y el caso Berríos: “Obviamente es fácil pegarnos a nosotros hoy día”
El presidente del directorio de la Fundación para la Confianza le hace frente a las aguas agitadas luego de que tanto la Corte de Apelaciones de Santiago como el Vaticano exculparan de manera definitiva al sacerdote Felipe Berríos de las denuncias de abuso sexual en su contra. Críticos dicen que la fundación creada en 2010 persigue sanciones públicas más que condena o verdad judicial. Murillo responde: “Es la justicia la que emite un fallo, evidentemente nosotros no podemos reemplazar la justicia. Nuestra vocación es representar confianza para las víctimas”.
Por: Patricio De la Paz
Publicado: Sábado 20 de diciembre de 2025 a las 21:00 hrs.
Noticias destacadas
El sacerdote Felipe Berríos apuntó directo. Y pasó la cuenta. Llevaba tres años de investigación, tanto judicial como eclesiástica, después de que recibiera denuncias de abuso sexual en su contra. La semana pasada se supo que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, desde el Vaticano, dejó sin efecto todas las sanciones que la Compañía de Jesús le había impuesto y revocó su expulsión de esta orden. Días antes, la Corte de Apelaciones de Santiago lo habría sobreseído definitivamente de los cargos que enfrentaba. Entonces, en un comunicado público, el 10 de diciembre, Berríos habló de “una persecución implacable” y dirigió sus dardos a los jesuitas y a la Fundación para la Confianza, que apoyó varias de las denuncias. Al día siguiente, en T13 Radio, se quejó de “la farandulización” que rodeó al tema.
José Andrés Murillo, uno de los fundadores y presidente del directorio de esa fundación -nacida en 2010 tras las denuncias contra Fernando Karadima-, le hace frente a estas aguas crispadas. Conectado vía remota desde Frutillar, donde pasa unos días de vacaciones -por trabajo, vive en Portugal desde 2023-, el filósofo habla pausado, cuidando cada palabra.
- Felipe Berríos habló duro contra la Fundación, dijo que más que para la confianza, era de la desconfianza… ¿Cómo recibieron eso?
- Es normal... Nuestro rol es acoger a las personas que nos dicen que han sido víctimas, cuyo testimonio nos parece verosímil, y entregar esa información a quien corresponde para que haya una investigación. Lo vamos a seguir haciendo siempre. Que eso provoque problemas en quienes se ven afectados o sindicados, es parte de la vocación. Entonces no me parece que sea un problema. Hay muchísima gente que ha sido víctima de abuso sexual en la infancia, la adolescencia, la adultez; y es un proceso muy difícil, muy doloroso y muy solitario. Es para ellos que nosotros queremos representar confianza. Después es la justicia la que emite un fallo, evidentemente nosotros no podemos reemplazar la justicia. Nuestra vocación, insisto, es representar confianza para las víctimas.
- ¿No los golpea, entonces, que la desconfianza venga de la orilla de los que son acusados?
- ¿Qué voy a decir ante eso?... A quienes han sido sindicados como victimarios no les puedo pedir que confíen. Si nosotros lucháramos contra el cáncer o contra la pobreza sería más fácil, porque son temas que están todos en contra. Pero nosotros luchamos contra algo súper arraigado en la cultura, que es el abuso. Entonces es muy difícil. Y nosotros no somos neutros. No somos un tribunal, no somos la policía, no somos fiscalía.
"Nosotros luchamos contra algo súper arraigado en la cultura, que es el abuso. Entonces es muy difícil. Y nosotros no somos neutros. No somos un tribunal, no somos la policía, no somos fiscalía".
- Berríos dijo: “Llevo más de tres años siendo atacado sin piedad por la Fundación para la Confianza”. ¿Algo que responder?
- No tengo nada que decir ante eso. Yo respondo a quienes nos han pedido ayuda. Y tampoco voy a pelear en la prensa.
- Pero ha sido un caso muy mediático. Además recién, en agosto, se zanjó el caso del actor Cristián Campos, donde ustedes apoyaron a la denunciante, y la justicia también sobreseyó y determinó que no era posible determinar culpabilidad. ¿Cuánto dañan estas situaciones a la imagen y reputación de la Fundación?
- Si fueran las víctimas las que nos dicen “ustedes me engañaron, me hicieron decir algo que no era cierto”, ahí te creo. Porque nosotros somos contención para quienes se presentan como víctimas, a quienes les creemos porque hay un proceso detrás y las acompañamos. Nuestro ADN es ser lo más confiable para las víctimas. Si en eso nos equivocamos, es complicado. Entonces, no creo que acá haya una equivocación y no lo veo como un problema. De todo lo que se vive con el abuso, esto es lo que menos me preocupa. Ahora, evidentemente tenemos que trabajar para fortalecer nuestra imagen ante las víctimas.
- ¿Fortalecer la imagen tras lo que ocurrió en estos casos mediáticos o te refieres en general?
- Las dos cosas. Cuando nosotros nos volvemos el centro de los procesos, fallamos. Nosotros no somos el centro. Son los niños, las niñas, las víctimas. Y ante ellos queremos responder.
- Reconocer que hay que fortalecer la imagen es también reconocer que estos casos mediáticos, con fallos contrarios a los que esperaban, impactan a la Fundación…
- Sí, pero nuestra vocación es apoyar a la víctima para que reconstruya su vida. Además, hay una verdad material que generalmente es distinta a una verdad jurídica. Que un caso esté prescrito, como son muchos de estos casos, no significa que el caso no ocurrió, que sea falso. Significa que no se puede juzgar. Y ahí nosotros tenemos que optar por la verdad material; es decir, la verdad existencial, la experiencia de la persona. Y repito: la equivocación que a nosotros nos preocupa tiene que ver con las víctimas, con no estar ahí para ellas. Si una persona me dice que fue víctima de Berríos o de quien sea, y yo no le creo y no entrego esa información a quien corresponde, sería una traición a la vocación y al ADN de la Fundación.
- Para ustedes, ¿no entra entonces la posibilidad de una equivocación con respecto a un supuesto victimario?
- Alguna vez nos ha pasado que hay un caso en que pensamos que hay una equivocación; entonces no continuamos. Pero ojo: nosotros no somos un tribunal, si alguien se va a pronunciar judicialmente no podemos ser nosotros. Mira, sólo el 10% de las denuncias llegan a alguna sentencia. La mayoría son archivadas o no pueden perseverar. Y ese 90% no significa que sean falsas, sino que no se puede investigar. ¿Y qué hago con todas esas víctimas? Hay casos donde al final el tribunal se da vuelta a pesar de la contundente investigación y se desdice. Yo no tendría cara ante las víctimas para decirles: “Mira, voy a tener que pedirle perdón a quien pensamos era tu victimario”, cuando todos sabemos que los estándares probatorios en estos temas son altísimos, que no se busca la verosimilitud sino la convicción más allá de toda duda razonable en un tribunal.
"La equivocación que a nosotros nos preocupa tiene que ver con las víctimas, con no estar ahí para ellas. Si una persona me dice que fue víctima de Berríos o de quien sea, y yo no le creo y no entrego esa información a quien corresponde, sería una traición a la vocación y al ADN de la Fundación".
“Hay que tener ojo con las culpas”
- Mirando lo que ha sido el caso Felipe Berríos, desde las denuncias hasta el fallo de la semana pasada, ¿hay algún mea culpa tuyo, de la Fundación?
- O sea, tendría que haber un mea culpa de las personas que investigaron eso, que son muchísimas. Hay al menos siete u ocho testimonios que fueron declarados verosímiles, entonces yo no tendría cara para decirles: “¿Sabes qué? Por esta vuelta de carnero que tuvo el Vaticano, tengo que decir que ya no te creo”. Además, nosotros no conocemos a todas las víctimas, creo que dos son casos de la Fundación. ¿Entonces por qué ponernos a nosotros al centro?, ¿atacarnos a nosotros?... Quizás es parte de nuestro rol para ponernos como defensa ante las víctimas. Pero nosotros no somos el tema, aquí yo creo que la Iglesia tiene que dar explicaciones.
- ¿Qué explicaciones?
- De todo lo que hizo, de los fallos que tuvo al principio, de los tipos de prescripción, de sus estándares probatorios, de su derecho procesal, del cual yo he sido tremendamente crítico. Es importante insistir en que nosotros no somos el centro, pero obviamente es fácil pegarnos a nosotros hoy en día. Pero cuando nos tratan de pegar a nosotros, le pegan a las víctimas.
- ¿Descartado cualquier mea culpa de ustedes entonces?, ¿de haber sido muy mediáticos, por ejemplo?
- El caso Berríos lo hicieron público los jesuitas, y gracias a ellos llegaron más víctimas. Hay que tener ojo ahí con el tema de las culpas. Además los jesuitas siguen diciendo que tienen que reparar a las víctimas. Y de pronto se les ocurre que nosotros, que la Fundación tiene la culpa. Ellos tienen que arreglar otras cosas antes. ¿Qué van a hacer con las ocho personas que dieron su testimonio? Que además fueron investigadas por María Elena Santibáñez, una abogada con una formación increíble, una persona absolutamente razonable, que no es temeraria. Entonces aquí están todos los indicadores mal puestos parece.
- ¿En qué sentido?
- O sea, todos los indicadores apuntan hacia un lado y de pronto hay un fallo del Vaticano que dice otra cosa.
"Hay al menos siete u ocho testimonios que fueron declarados verosímiles, entonces yo no tendría cara para decirles: '¿Sabes qué? Por esta vuelta de carnero que tuvo el Vaticano, tengo que decir que ya no te creo'”.
- Un grupo de diputados presentó recién un proyecto para sancionar las denuncias falsas. Para reafirmar, dicen, el principio de presunción de inocencia. El actor Cristián Campos estuvo con ellos. ¿Cuál es tu opinión de esta iniciativa?
- Me parece peligroso. Pareciera más una iniciativa que podría buscar amedrentar a las víctimas para que no denuncien. No me parece necesario, pues ya existen las figuras legales que se pueden utilizar, como la querella calumniosa. Es extraño que se busque sancionar una denuncia falsa, porque ¿qué es una denuncia falsa?, ¿que no logre el estándar probatorio mínimo?... O un delito prescrito, ¿es una denuncia falsa?... no lo es, sino que se trata de un caso real que no se puede perseguir porque está prescrito. Espero que se rechace esta iniciativa.
“Es muy fácil pisar el palito de las polémicas mediáticas”
- Muchos critican la performance mediática de la Fundación; dicen que su estilo es buscar sanciones públicas y no necesariamente condenas o verdades judiciales.
- Sabemos que el sistema de justicia es muy complejo, que para las víctimas es un proceso durísimo y que a veces también hay victimarios o posibles victimarios que tienen mucho poder mediático. Siempre hemos dado total apoyo a las víctimas: frente un posible victimario que tiene mucho poder mediático, a veces tenemos que pronunciarnos. Pero espero que sean las menos veces, porque eso es muy amedrentador: cuando un victimario sale denostando a una víctima, no sólo está denostando a esa persona, sino a muchísimas víctimas que podrían hablar. Y a mí me gustaría que hubiesen más instituciones que salieran a defender a las víctimas, a veces siento una soledad tremenda de que sólo la Fundación para la Confianza sale a hablar.
- ¿Quieren ser menos mediáticos?
- Nosotros tenemos que cuidar muchísimo la mediatización, ojalá eliminarla. Debemos centrarnos mucho más en la prevención de los abusos y en el acompañamiento.
- Dejar la exposición pública, ¿es una lección aprendida de estos 15 años de trabajo?
- Devuelvo la pregunta: ¿Qué hago yo cuando llega una persona con un testimonio creíble, que ha sido víctima y que va a ser atacada públicamente? ¿Qué hago cuando posibles victimarios van a pasearse por todos los canales de televisión denostando a la víctima, tratándola de loca, destruyendo su vida, su carrera, un montón de cosas? Frente a eso, es difícil quedarse tranquilo. Y que además, después de eso, ¿tenga que pedir perdón?
- En enero, en una entrevista, dijiste lo que podría leerse como una autocrítica: “Durante nuestra historia hemos tenido mucha visibilidad y eso puede dar lugar a que nuestra voz a veces sea interpretada como un tribunal de justicia. Y eso está mal. Debemos cambiar eso”.
- Déjame clarificar eso. No es que sea un error nuestro, sino que hay un error en la interpretación de nuestra voz y eso es lo que tenemos que darnos cuenta. No significa que nosotros no podamos tener voz, sino que tenemos que clarificar que cuando hablamos no estamos hablando como tribunal de justicia.
- Y hubo otra frase tuya: “Debemos mutar más a técnicos y no tan opinólogos”. ¿Han sido muy opinólogos?
- Nos pedían la opinión de muchas cosas. Pero ocurre que tenemos una cultura del abuso tan arraigada que no podemos desviarnos en esos asuntos. Cuando sale alguien a decir “ustedes son una fundación para la desconfianza” porque lo acusaron de algo, si respondemos nos estamos desviando de lo central, que es trabajar por una cultura del cuidado. Y si nos desviamos, perdemos fuerza. Es muy fácil pisar el palito de las polémicas mediáticas, y quienes pierden principalmente son las víctimas.
"Frente un posible victimario que tiene mucho poder mediático, a veces tenemos que pronunciarnos. Pero espero que sean las menos veces, porque eso es muy amedrentador: cuando un victimario sale denostando a una víctima, no sólo está denostando a esa persona, sino a muchísimas víctimas que podrían hablar".
- ¿Siguen trabajando con el abogado Juan Pablo Hermosilla? ¿Continúa en el directorio?
- Juan Pablo es parte del consejo de fundadores de la Fundación, pero no es parte del directorio. En su labor profesional recibe casos derivados desde la Fundación, y luego él tiene libertad de actuar junto a su estudio de abogados. Pero no es abogado interno. Existe una separación clarísima de funciones. Él es uno de nuestros aliados importantes en temas de abuso sexual infantil, ha actuado siempre probono. Tiene una experiencia histórica en derechos humanos.
- Él ha estado además con el tema de su hermano Luis Hermosilla, que también podría significar una complicación para la Fundación, ¿o no?
- Son cosas absolutamente aparte, en eso quiero ser súper enfático. Juan Pablo tiene su oficina y tiene sus casos que no tienen nada que ver con la Fundación, y nosotros no tenemos nada que decir respecto a lo que él hace o no en el ejercicio libre de la profesión.
Te recomendamos
ARTICULOS RELACIONADOS
LO MÁS LEÍDO
Newsletters
¿Amarre o no? Gobierno busca aclarar norma que dificulta la desvinculación de funcionarios públicos y que es criticada por la oposición y la próxima administración
"Esta iniciativa no cambia las reglas actuales: formaliza en la ley lo que hoy ha sido discutido o se ha incorporado a través de instrucciones ministeriales, dictámenes de Contraloría y fallos judiciales", señalaron desde el Ministerio del Trabajo.
Nuevo flanco en reajuste del sector público: clínicas privadas se manifiestan contra iniciativa ligada a mutuales de seguridad
El Ejecutivo, en uno de sus compromisos, planteó incentivar que estas entidades "puedan participar en el proceso de resolución de listas de espera". Los prestadores señalan que esto requiere una discusión mayor, mientras que las mutualidades retrucan que ya cuentan con autorización para ello.
BRANDED CONTENT
Jorge Carinao: la fuerza de creer cuando todo parece imposible
Te invitamos a conocer la historia de Jorge Carinao, deportista paralímpico chileno que ha transformado la adversidad en fuerza y el esfuerzo en orgullo nacional, demostrando que no existen límites cuando hay convicción y sueños claros. No te pierdas esta inspiradora entrevista
Jorge Carinao: la fuerza de creer cuando todo parece imposible
Te invitamos a conocer la historia de Jorge Carinao, deportista paralímpico chileno que ha transformado la adversidad en fuerza y el esfuerzo en orgullo nacional, demostrando que no existen límites cuando hay convicción y sueños claros. No te pierdas esta inspiradora entrevista
Camila Elizalde; una chef que ha hecho del perfeccionismo una fuerza transformadora
Conoce aquí la entrevista a una de las chef más destacadas a nivel nacional y americano en el arte de la pastelería. En este capítulo, Camila reflexiona sobre los desafíos de liderar en un entorno competitivo y la importancia de construir espacios donde la excelencia y la empatía convivan. Mira la entrevista haciendo aquí.
En Perfeccionistas entrevistamos a un deportista chileno que quiere llegar tan alto como sus saltos
Mauricio Molina nos cuenta de su pasión por el BMX y cómo se convirtió en el primer chileno en competir en esta disciplina en unos Juegos Olímpicos y ser parte del selecto grupo de los 25 mejores del mundo.
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok