Francisco Armanet

Like a boss

Por: Francisco Armanet | Publicado: Miércoles 13 de febrero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Cuando en Chile la gente común piensa en el concepto de “jefe”, normalmente lo asocia a una persona autoritaria, déspota, desconfiada y con una férrea necesidad de controlarlo todo. También se le asocia a una persona que cree sabérselas todas y que no comunica nada porque para él “la información es poder”.

Este tipo de jefe contrata colaboradores mediocres por temor a ser removido por alguien mejor. Se limita a dar instrucciones, -normalmente estúpidas- porque no escucha a su gente y menos a los empleados que conocen las necesidades de sus clientes. Tiene dificultad para respetar ideas diferentes, no se involucra con sus colaboradores y marca una distancia con ellos porque no se puede mezclar con los de “abajo”. Cuando algo sale mal, busca responsables y sale a cortar cabeza para dar una “señal clara”. Cuando las cosas salen bien, este jefe se auto proclama como responsable del éxito. Muchas veces el término jefe se asocia también a una persona “chueca” que antepone sus intereses personales por sobre los de la organización o país que dirige y utiliza el poder sólo para lograr sus objetivos personales.

En Estados Unidos, en cambio, existe una expresión bastante utilizada que reza: “like a boss”. A diferencia de la concepción chilena, hacer algo “like a boss”, es hacer algo extraordinariamente bien. Cuando un jugador de basquetbol hace un tiro de larga distancia introduciendo el balón en el cesto, es frecuente que un compañero lo felicite, diciéndole “like a boss”. A pesar de los corruptos de Wall Street, en el país del norte el jefe tiene una connotación de grande, de extraordinario, de hombre íntegro, talentoso y preocupado de su gente. Normalmente ese jefe es un ejemplo de trabajo en equipo y de rectitud moral, toma decisiones rápidas y juiciosas y hace participar a su gente en las decisiones importantes para lograr el compromiso y motivación de sus colaboradores.

Este jefe no tiene empleados favoritos, comunica y enseña todo lo que sabe y siempre contrata personas más talentosas y preparadas que él. Cuando algo sale mal, este jefe es tolerante con los errores honestos no sistemáticos y es el primero en poner la cara para solucionar el problema, defendiendo a sus colaboradores como una leona lo hace con sus cachorros.

Es evidente que quienes actúan “like a boss” tuvieron la oportunidad de vivir en mejores condiciones ambientales, recibieron más instrucción, o simplemente nacieron con una mejor genética. Sin embargo, mediante el autoconocimiento y esfuerzo, los jefes chilenos podemos cambiar esa percepción y ejercer un liderazgo extraordinario aprendiendo y ejerciendo las mejores prácticas. El autoconocimiento y el esfuerzo constante de aprender y ejercer estas prácticas vencen el retraso cultural, la mala genética y las adversas condiciones ambientales con las que muchos de nosotros hemos tenido que lidiar.

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