Grandes desafíos para América Latina en 2018
Sergio Lehmann Economista Jefe de BCI Estudios
Ha comenzado un nuevo año, el que aparece especialmente desafiante para América Latina. Si bien las perspectivas de crecimiento para la región han mejorado, de la mano con un escenario global más favorable, además de algunos ajustes macro fundamentales que algunas economías han implementado, el camino que enfrenta por delante da cuenta de tareas cruciales en materia económica y social. Como ha sido una tónica recurrente, ello se da en medio de alta incertidumbre, especialmente del lado político. Este año enfrentan elecciones presidenciales Brasil, México y Colombia, entre otros, y las definiciones que de allí se deriven serán claves en la conducción económica de esos países.
El crecimiento promedio de América Latina los últimos tres años se situó en 0,1%, prácticamente un estancamiento, mientras el mundo crecía más de 3%. Detrás de ello se advirtieron políticas económicas que no apuntaron a elevar la competitividad y generar las condiciones para una mayor inversión.
Se sumó además precios más bajos de materias primas, que obligaron a ajustes en el gasto público. El último año se ha visto un giro positivo en esta materia, especialmente en Brasil y Argentina, pero aún los avances son tímidos. En un continente en que la pobreza es aún muy alta, en torno a 30% de acuerdo a cifras del Banco Mundial, es urgente fortalecer el crecimiento económico con políticas sociales bien diseñadas.
Hacia mediados de año se llevarán a cabo las elecciones presidenciales de México y Colombia. En el primer caso, hoy aparece mejor posicionado en las encuestas una opción que no apunta a fortalecer la competitividad de su economía a través de mayor flexibilidad y apertura, sino más bien a medidas populistas que bien sabemos conducen a un deterioro en el bienestar social. En Colombia, por su lado, se aprecia más consenso en la definición de políticas que impulsen el crecimiento económico, pero aún está por verse cómo los movimientos guerrilleros que han depuesto las armas se insertan en la sociedad.
En octubre, en tanto, Brasil tendrá elecciones presidenciales. El actual gobierno ha logrado avances en materia laboral y algunas otras reformas, lo que ha llevado a una mejora en la confianza y el crecimiento, pero aún está pendiente introducir cambios en pensiones, mayor apertura y flexibilidad, de forma de recuperar la competitividad.
No aparece por ahora un candidato fuerte que apunte en esa dirección, lo que abre una cuota de incertidumbre. Si bien cerca de esa misma fecha también Venezuela concurrirá a las urnas, tratándose a estas alturas de un Estado cuasi-fallido inmerso en un caos económico y social de grandes proporciones, su impacto sobre la región viene más bien por los efectos migratorios que conlleva.
Los vaivenes en materia de políticas y avances económicos han sido una tónica en la historia de América Latina. En 2017 aparecieron señales positivas en algunos países, que han logrado alinear miradas que vuelven a poner el acento en atraer inversión y estimular el crecimiento. Pueda ser que este nuevo año, bajo un entorno externo favorable, se refuerce este marco, de forma que la región de un paso más decidido hacia el desarrollo.