El desafío del trabajo colaborativo
Guillermo Carey Presidente AmCham Chile
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Guillermo Carey
Este año me he encontrado repetidamente con el concepto "pérdida de confianza" haciendo referencia a lo que nos ocurre como sociedad, ya sea en medios de comunicación, redes sociales o reuniones. Esta reflexión no gira en torno a un ámbito en particular, sino que más bien refleja el sentir de nuestra sociedad.
Este año me he encontrado repetidamente con el concepto “pérdida de confianza” haciendo referencia a lo que nos ocurre como sociedad, ya sea en medios de comunicación, redes sociales o reuniones. Esta reflexión no gira en torno a un ámbito en particular, sino que más bien refleja el sentir de nuestra sociedad.
Está en manos de los chilenos cambiar este estado de ánimo y sólo un trabajo conjunto nos permitirá evolucionar positivamente. En este sentido, quiero destacar que el sector privado ha comenzado a tomar acciones, por ejemplo, con el proyecto 3xi que lidera la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que bajo el lema “Hacia una Cultura del Encuentro” reúne a personas de acción para trabajar en torno a tres pilares: inspirarnos en un Chile mejor a partir de nuestras capacidades, incluirnos en la diversidad para sumar nuestros talentos, e innovarnos en lo personal y en lo colectivo como fuente de cambio y creación de valor.
Iniciativas como esta nos hacen muy bien y nos permiten ir asumiendo la responsabilidad que tenemos de ir aportado al crecimiento, evolución y mejora de la calidad de vida de nuestra sociedad.
En la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, estamos convencidos de la importancia de evolucionar como país hacia un trabajo colaborativo y es la óptica que queremos permear hacia nuestras empresas socias, asumiendo la responsabilidad que nos cabe.
EEUU lleva años trabajando modelos de asociatividad entre los distintos actores sociales con el fin de encontrar objetivos y soluciones comunes ante diversos desafíos, ya sea productivos, ambientales, económicos u otros.
Para poder interiorizarnos en la experiencia norteamericana, hace un par de semanas realizamos una misión a California. Esta es la sexta economía mundial y es líder en procesos de diálogo y fortalecimiento de una sociedad civil organizada; además promueve el alcance de acuerdos, políticas más inclusivas y una sociedad cuidadosa de sus recursos, comunidades y biodiversidad. Con la colaboración de la Embajada de Chile en EEUU, una delegación de empresarios, altos ejecutivos y organizaciones sin fines de lucro, pudimos reunirnos con autoridades de California Natural Resources Agency, con expertos de la Universidad de Stanford y ejecutivos de Google. Adicionalmente, compartimos con varias organizaciones no gubernamentales como Oceana, Natural Resources Defense y Consensus Building Institute; así como con fundaciones como The David and Lucile Packard Foundation, Marisla Foundation y Leonardo DiCaprio Foundation. Conocimos una manera distinta de abordar desafíos empresariales, así como casos de éxito en materia de trabajo colaborativo. Asimismo, profundizamos en la estructura, organización y financiamiento de iniciativas orientadas a fortalecer la sociedad civil.
Después de compartir con valiosos actores de una sociedad que logra asumir desafíos colaborativamente, no me cabe duda de que hoy las empresas no pueden trabajar de manera aislada desarrollando un proyecto o un plan de negocios. Sus objetivos deben estar alineados con los del país y la sociedad. Además, sus decisiones no pueden arraigarse en sensaciones colectivas, sino que deben tener base científica.
Chile está evolucionando en esta materia y es un proceso en el cual deben avanzar en forma integrada Estado, sector privado, sociedad civil y academia; teniendo presente que el éxito de un trabajo colaborativo se basa en los principios de confianza, transparencia y bienestar de todos los actores involucrados.
La sociedad chilena está tímidamente dando pasos en este sentido y en AmCham creemos que esta óptica puede impactar positivamente en la calidad de vida de las personas. Para ello, podemos colaborar en ser agentes de cambio de nuestro empresariado, pero para lograr un trabajo conjunto y equilibrado, todos los participantes deben avanzar hacia esa dirección. Nuestra sociedad civil debe organizarse aún más, nuestros liderazgos gubernamentales deben fortalecer su mirada sobre las políticas públicas en esta materia y nuestro sector privado debe abrirse a una mirada colaborativa.