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La China de Xi y el ascenso del “occidente global”

GIDEON RACHMAN© 2022 The Financial Times Ltd.

Por: GIDEON RACHMAN | Publicado: Jueves 27 de octubre de 2022 a las 04:00 hrs.
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GIDEON RACHMAN

Con el propósito de ganar lo que el presidente Joe Biden llama una “contienda por el futuro de nuestro mundo” con China, Estados Unidos está recurriendo cada vez más a una red internacional de aliados, que puede denominarse de forma general el “occidente global”.

Al igual que el sur global, el occidente global se define más por las ideas que por la geografía. Los miembros son democracias liberales ricas con fuertes lazos de seguridad con EEUU. Junto a los tradicionales aliados occidentales de Europa y América del Norte, se encuentran naciones del Indo-Pacífico como Japón y Australia. Son los países del occidente global los que participan plenamente en las sanciones a Rusia. También son las naciones que Washington espera que se alineen con EEUU en una incipiente guerra fría con China.

“Las democracias avanzadas del mundo se unen en un esfuerzo por contrarrestar la influencia internacional de China”.

El lado más filoso del desafío Beijing-Moscú es militar y territorial, con Ucrania y Taiwán en primera línea. Pero el occidente global también está cada vez más consciente del riesgo de coerción económica, ya sea que Rusia corte el suministro de energía a Europa; o las sanciones comerciales de China contra países que la hacen enojar, como Corea del Sur o Lituania.

El occidente global también está cada vez más preocupado por el riesgo de que China controle las tecnologías del futuro, construyendo lo que un alto funcionario estadounidense llama “una aterradora autocracia de la vigilancia” con alcance mundial.

Los indicios de que el occidente global se está uniendo son cada vez más numerosos. En la última cumbre de la OTAN, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur fueron invitados a participar por primera vez. La declaración emitida tras la reunión de junio fue el primer documento estratégico de la OTAN que citaba a China como una amenaza. Las armadas europeas aparecen cada vez más en el Indo-Pacífico. La firma del AUKUS —un pacto de seguridad entre Australia, el Reino Unido y EEUU— fue otra señal.

En lo que respecta a la gobernanza económica, la unidad organizativa clave es ahora el grupo G7 de las principales naciones industriales. Tras la crisis financiera mundial, muchos sugirieron que el G7 desaparecería, desplazado por el G20, que incluye a China, Rusia y varios países del sur global. Pero ahora que las rivalidades geopolíticas vuelven a aumentar, el G7 está de regreso.

En el occidente global se habla cada vez más de la necesidad de reducir la vulnerabilidad ante la coerción económica de China, construyendo cadenas de suministro y relaciones comerciales principalmente con naciones amigas y democráticas. También se intenta contrarrestar la creciente presencia mundial de China en los ámbitos de la infraestructura y la tecnología. En su cumbre de junio, el G7 lanzó un fondo de US$ 600 mil millones para movilizar la inversión en infraestructuras mundiales.

Si quiere mantener unida esta nueva alianza, EEUU tendrá que convencer a sus socios de que los temores más oscuros sobre Rusia y China son justificados.

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