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La economía no escapa de las leyes de Newton

Sergio Lehmann economista jefe banco BCI

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Lunes 6 de marzo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Sergio Lehmann

Los últimos meses han estado marcados, tanto en Chile como en el mundo, por el análisis en torno a la persistencia de la inflación, el ajuste de la actividad y la respuesta de los bancos centrales. Para entender estos fenómenos, así como la capacidad de recuperación y adaptación de las economías, podemos hacer uso de analogías asociadas a las leyes de Newton, postuladas hace más de tres siglos. Si bien éstas establecen los principios básicos que nos permiten entender el movimiento de los cuerpos, son, con cierta imaginación, perfectamente aplicables para analizar la trayectoria del crecimiento y el desarrollo de una economía.

La primera ley de Newton establece el principio de inercia. Llevado a la economía, significa que la actividad en un país avanza acorde con sus capacidades, por lo que para modificar su trayectoria se requieren medidas de política o, si se busca un mayor crecimiento, adoptar cambios estructurales que apunten a efectos permanentes. Cuando se enfrentan desequilibrios macroeconómicos, como los que hoy vemos en EEUU, Europa y también en Chile, la tasa de política es la herramienta apropiada para ajustar la trayectoria de la demanda y quebrar la inercia inflacionaria.

“La inercia inflacionaria que vemos en el mundo y en Chile, así como una dinámica en la actividad más persistente de lo previsto, responde al primer principio de Newton. Contener esa dinámica requiere de una acción monetaria más contundente para retomar el equilibrio”.

Esto es precisamente lo que está detrás del segundo principio de Newton: para cambiar la velocidad a la que crece una economía, aceleración o desaceleración en las definiciones de la mecánica, debemos aplicar una fuerza; esto corresponde a las medidas de política que nos llevan de vuelta al equilibrio. La política monetaria, bajo este contexto, juega un rol fundamental, sirviendo de acelerador o freno según las circunstancias. Esto requiere, además, de un gasto público bien controlado, lo que se enmarca dentro de las definiciones de la política fiscal.

La inercia inflacionaria que vemos en el mundo y en Chile, así como una dinámica en la actividad más persistente de lo previsto, responde precisamente al primer principio de Newton. Contener esa dinámica, tal como los mercados han ido recogiendo, requiere de una acción monetaria más contundente para retomar el equilibrio. Es decir, una aplicación más dura, siguiendo con la analogía newtoniana del segundo principio.

La tercera ley de Newton nos habla de acción y reacción: cuando ejerzo una fuerza sobre un cuerpo, éste responde en una magnitud equivalente, pero en dirección opuesta. En economía esto ocurre de forma similar. El gasto desmedido y las prácticas populistas con efectos en el corto plazo, como las que vimos tras el estallido social y en la pandemia, conllevan a la larga a una mayor inflación y un menor crecimiento. Sin embargo, en este caso la reacción medida en bienestar es incluso mayor que la generada por la acción, por cuanto compromete el desempeño de largo plazo.

La capacidad de recuperación de una economía tiene también su analogía en la física. Las fricciones que se advierten en el camino o roce que surge en el movimiento, ya sea por una débil institucionalidad, exceso de burocracia, inflexibilidad de los mercados o derechamente malas políticas, limitan la capacidad de alcanzar un mayor dinamismo y bienestar social.

Limar esas asperezas y permitir un desplazamiento más fluido, que se entiende lleva a un mayor crecimiento, requiere de medidas estructurales que hagan más atractiva la inversión de la mano con una mayor productividad, procedimientos de aprobación simples y reglas claras y estables. Es allí donde para Chile se reconocen oportunidades. Ojalá nos pongamos de acuerdo y las aprovechemos.

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