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Columnistas

La vivienda y el derrumbe de las expectativas

IGNACIO CÁCERES Centro de Políticas Públicas UC

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 31 de diciembre de 2025 a las 04:02 hrs.

En un país donde la vivienda ha sido el cimiento material y simbólico del progreso familiar, el derrumbe en las expectativas de acceso es un cambio al que vale la pena poner atención. Según la Encuesta Bicentenario UC, entre 2009 y 2025 la proporción de chilenos que cree que “cualquier trabajador puede comprar su propia vivienda” cayó del 55% al 17%. Y, aunque esta idea es parte de un declive más amplio en expectativas personales, la casa propia es el ámbito donde el desplome ha sido más brusco.

Estas percepciones tienen un correlato en el deterioro de distintos indicadores. Chile vive una crisis habitacional marcada por un desajuste creciente entre oferta y demanda. Según Déficit Cero, los permisos de edificación se redujeron casi a la mitad entre 2006 y 2023, mientras que la formación de nuevos hogares pasó de 46.000 al año en 2002 a 114.000 en 2018. Este desajuste tiene su cara más crítica en la explosión de asentamientos informales. Casos como la megatoma de San Antonio ya no son excepciones aisladas, sino la evidencia de cómo miles de familias, ante la falta de alternativas, autoconstruyen ciudades precarias al margen de la regulación, detonando complejos conflictos con el Estado y el entorno.

“Chile vive una crisis habitacional marcada por un desajuste creciente entre oferta y demanda, cuya cara más crítica son los asentamientos informales”.

El resultado es un mercado presionado, con precios que crecen tres veces más rápido que los ingresos y un déficit que supera las 550 mil viviendas, según la Casen 2022. Pero el indicador más elocuente lo entrega un estudio de Déficit Cero, IEUT UC y Cedeus: 1,5 millones de hogares viven alguna forma de precariedad habitacional: arriendos difíciles de sobrellevar, informalidad, deterioro material y hacinamiento. Estas cifras alertan sobre un problema no solo material, sino relativo a la cohesión social y a la relación de los ciudadanos con su ciudad y habitantes.

De cara al próximo Gobierno, una mesa de trabajo que convocamos desde el Centro de Políticas Públicas UC junto a Déficit Cero propone avanzar hacia un sistema integrado de acceso, donde la política habitacional deje de operar como un conjunto de instrumentos desconectados y pase a funcionar como un continuo que articule arriendo, propiedad, ahorro y movilidad residencial. También plantea fortalecer una política de arriendo asequible; crear un sistema robusto de gestión y habilitación de suelo; activar la construcción industrializada para aumentar la oferta; y declarar Zonas de Emergencia Habitacional que permitan acelerar proyectos donde más se necesitan.

Las nuevas políticas habitacionales deben adaptarse a los cambios que han transformado la morfología de los hogares chilenos en las últimas décadas: aumento de hogares unipersonales, envejecimiento poblacional, disminución de la tasa de natalidad y del tamaño de los hogares, dinámicas migratorias, entre otros.

El próximo Gobierno tendrá el desafío crucial de abordar la crisis habitacional y el declive de expectativas que la acompaña. Urge reducir cifras de déficit y destrabar programas, pero también recuperar la idea de que la vivienda puede volver a ser un proyecto alcanzable; no un privilegio remoto.

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