El lento despertar del dragón chino
Mauricio Cañas Director ejecutivo de Estrategia de BTG Pactual Wealth Management
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Mauricio Cañas
En las últimas semanas hemos visto una incipiente, pero a la vez consistente mejora en la entrega de datos sobre la economía de China. Lo anterior se vio confirmado esta semana con la publicación del índice de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre, con un registro de 6,4% interanual que superó levemente las previsiones de los analistas. Más allá del dato final, vale la pena dar una mirada un poco más profunda al comportamiento de los distintos componentes que llevaron a alcanzar este registro.
En particular, es necesario revisar si es sólo una señal de estabilización temporal o confirmación de cambio de tendencia, si la precisión de los datos tiene un alto grado de confiabilidad y finalmente reforzar la importancia de este dato para el resto de los mercados, en particular Chile y la región latinoamericana.
Partamos al revés. En primera instancia no hay que olvidar la importancia que tiene la economía china en determinar el compás de crecimiento del resto del mundo, en particular las economías emergentes como la nuestra. En un ejercicio simple, pero que muchas veces olvidamos, un alza de 6,4% en 2019 genera un valor agregado equivalente a un crecimiento de 13% si tomáramos como base el tamaño de la economía china hace 10 años.
Adicionalmente, la contribución del gigante asiático en el potencial de crecimiento global es gravitante, considerando que la mayor parte de las economías desarrolladas se están desacelerando, e incluso algunas van en línea recta hacia una eventual recesión.
Pasando a la confiabilidad de los datos, aún persiste la sensación generalizada de que las cifras oficiales de actividad muestran una expansión que cuesta cuadrar con los datos segregados de acceso público. Sin embargo, en este sentido existen fuentes de información —como la evolución de la balanza comercial, cuenta de capital, y parte de la cuenta financiera— que tienen una contrapartida internacional, por lo que es difícil objetarla. De esta manera, la evolución que gran parte de estas cuentas ha mostrado en los últimos meses parece concordante con el nivel de actividad publicado.
Finalmente, para evaluar si el dato es una señal de cambio de tendencia, es necesario aún esperar que el resto de la economía global muestre una moderación en el grado de desaceleración. Sin embargo, las autoridades chinas han tomado medidas para aislar en parte la dependencia del resto del mundo, que ayuden a mitigar el impacto que puede tener un enfriamiento a nivel generalizado.
En este sentido, las medidas de estímulo monetario, con un relajamiento cuantitativo al exigir menor tasa de encaje bancario, más la aplicación de estímulos fiscales al introducir rebajas de impuestos tanto al consumo como a las rentas, ayudarán a que el momentum de corto plazo muestre una pendiente positiva.