No es un favor, es estrategia: conciliación para transformar la industria
Por Alicia Rodríguez, HR business partner en el Grupo Echeverria Izquierdo #SoyPromociona
La construcción ha sido históricamente un rubro masculinizado, donde la conciliación ha sido vista como un tema secundario. Pero hoy el escenario exige otra mirada. Estoy convencida de que las empresas no solo deben adaptarse a estos cambios, sino liderarlos.
Quienes han entendido esto han logrado atraer talento femenino, mejorar su reputación y, aún más relevante, fortalecer su competitividad. Apostar por espacios laborales inclusivos y corresponsables no debe verse como un favor: es una inversión en sostenibilidad y desarrollo.
Actualmente, en Pilotes Terratest -una de las unidades de negocio en las que me desempeño- estoy participando en el proceso de certificación en la Norma Chilena 3262 de Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal. Esta experiencia me ha permitido conocer de cerca el impacto positivo de estas políticas cuando se implementan con convicción. Esto promueve ambientes laborales más justos, impulsando la productividad y el desarrollo sostenible.
En este sentido, me atrevo a decir que la baja participación femenina en el rubro no es casual ni cambiará de la noche a la mañana. Es reflejo de una industria que aún no ha dado el salto hacia una cultura verdaderamente equilibrada.
A pesar de avances en equidad de género, la falta de medidas reales de conciliación sigue limitando la incorporación y permanencia de mujeres en el sector. Y esto me lleva a la siguiente interrogante: ¿estamos actuando con real conciencia de cambio, o es solo un discurso que suena bien en los tiempos que corren?
Por ello, es fundamental seguir visibilizando que estos avances no son solo una cuestión de justicia social, sino también de visión estratégica. Las organizaciones que adoptan políticas de corresponsabilidad -como flexibilidad laboral, acceso a salas cuna, licencias parentales equitativas y apoyo al cuidado de personas dependientes- cierran brechas de género y fortalecen equipos más comprometidos, innovadores y productivos.
Si realmente queremos transformar la industria, el sector privado debe asumir su responsabilidad y liderar el cambio. La conciliación va más allá de ser un beneficio opcional: es un imperativo para el crecimiento del sector y del país. Hoy, más que nunca, es hora de actuar y construir organizaciones más humanas, resilientes y preparadas para los desafíos del futuro.