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Norte y sur, dos polos opuestos en crecimiento

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El 18 de Febrero el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó las cifras del Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer) para el último trimestre del año pasado. Este indicador incluye a todas las regiones, a excepción de la Metropolitana. Su homólogo a nivel nacional es el Imacec, el cual observó un crecimiento anual de 5,6% en 2012.

Hay ocho regiones cuyo crecimiento fue significativamente por sobre la expansión nacional, entre las cuales se cuentan todas las regiones desde la Araucanía a Magallanes, y cinco regiones con tasas de crecimiento muy por debajo del resultado a nivel país e incluso negativas, tres de las cuales son del Norte Grande.

Es decir, se observan dos polos opuestos: el Norte Grande, con la excepción de Antofagasta, cuyo elevado dinamismo lo explica el sector minero y otros sectores relacionados como la construcción; y el sur, con tasas de crecimiento que revelan una actividad económica muy dinámica.

En el resto del país, sin incluir la Región Metropolitana, la cosa es más mixta.

Escarbando qué hay detrás de las elevadas tasas de crecimiento en las regiones sureñas, destacan “transporte y comunicaciones” en las regiones de La Araucanía, Los Lagos y Magallanes; “industria manufacturera” en las regiones de Los Ríos y Los Lagos (fundamentalmente productos alimenticios diversos y leche, respectivamente); “pesca” en las regiones de Los Ríos y Aysén (artesanal y cultivo de salmón del Atlántico, respectivamente); y finalmente “servicios financieros” y “comercio, restaurantes y hoteles” en las regiones de Los Lagos y Magallanes.

Es inquietante, sin embargo, ver lo que está sucediendo en el norte. En particular, en la Región de Tarapacá, cuya significativa disminución se debe a la menor extracción de cobre, en parte programada, pero por otra parte -y de allí lo preocupante- debido a una baja ley de algunos yacimientos.

De hecho, esto último explica en parte la baja de la producción propia de Codelco, que alcanzó su menor nivel en cuatro años. Un panorama complicado para el Fisco en el mediano plazo, de no mediar descubrimientos de nuevos yacimientos. Y, claramente, algo que nos terminará afectando a todos los chilenos, al haber menos recursos públicos provenientes de la Gran Minería del Cobre, de no mediar un cambio en la matriz productiva.

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