Columnistas

Nuevos vientos de la economía

Hernán Cheyre V. Centro de Investigación Empresa y Sociedad (CIES), UDD

Por: Hernán Cheyre V. | Publicado: Viernes 8 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Hernán Cheyre V.

En el reciente seminario que lleva el título de esta columna, organizado por la UDD y la Sofofa, y que como ya es tradición representa la “vuelta a clases” de las máximas autoridades económicas del país en eventos públicos, los mensajes fueron bastante claros.

El ministro de Hacienda reconoció que la proyección de crecimiento contenida en la ley de presupuestos para 2019 se ve difícil de alcanzar (3,8%), poniendo en duda incluso la posibilidad de superar el 3,5%. Los analistas ya están anticipando una mayor debilidad relativa en el primer semestre, y el Imacec de enero dio un primer indicio en esta línea. Pero a pesar de un contexto internacional más incierto, hay señales de que el precio del cobre podría evolucionar por encima de lo proyectado, lo cual no sólo contribuiría a vigorizar las inversiones en el sector, sino que también aportaría recursos fiscales adicionales, que compensarían el efecto de un menor crecimiento en el corto plazo.

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A su turno, el presidente del Banco Central mantuvo el mensaje cauteloso ya característico del instituto emisor, sin anticipar un eventual ajuste en las proyecciones del Ipom que se entregará a fines de este mes, pero señalando que se adelantará para junio la entrega de las proyecciones del crecimiento tendencial de la economía, variable fundamental en el diseño de la política de tasas de interés. A una mirada del panorama internacional que también incluye una dosis de mayor incertidumbre, las señales en cuanto a la política monetaria dan cuenta del ánimo del instituto emisor de actuar con la flexibilidad que requieren los tiempos, lo cual puede interpretarse como la disposición a una mayor gradualidad en el retiro del impulso monetario.

Los mensajes entregados fueron claros, y en el caso del ministro Felipe Larraín hubo también explícita referencia a la importancia que reviste para un funcionamiento más dinámico de la economía la aprobación del proyecto de ley de modernización tributaria. Este tema, así como las otras “reformas emblemáticas” que se están discutiendo, amerita una especial consideración, porque lo que verdaderamente está en juego en la actual coyuntura no son décimas más o menos de crecimiento en el corto plazo.

Luego de la importante y meritoria recuperación económica del año pasado, el partido que se está jugando hoy día es la creación de condiciones que permitan mejorar la tasa de crecimiento potencial de la economía, actualmente inferior a 3%, de manera de poder continuar avanzando por una senda que nos permita cruzar el umbral del desarrollo. Obviamente, además de las reformas en curso, hay también otras vías por las que se debe continuar avanzando para impulsar la inversión y mejorar la productividad, y en esta línea cabe mencionar que en las propuestas que elaboró la Comisión de Desarrollo Integral hay numerosas iniciativas en esta dirección, que fueron consensuadas por un variado grupo.

El mensaje que no se ha transmitido con la fuerza que amerita es que este desafío no es sólo para el gobierno, sino también para la oposición, para los analistas políticos y económicos, para los gremios empresariales y de trabajadores, para los formadores de opinión, etc. En definitiva, este es un tema de todos. Hay legítimas diferencias entre unos y otros respecto de la mejor forma de avanzar en cada caso, pero lo que no puede ocurrir es que estas materias no se discutan y no haya disposición a encontrar una solución. Sería impresentable y el país no lo perdonaría.

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