Tomás Sánchez

La ideología delante de los bueyes

Tomás Sánchez V. Director ASECH @TomsAwaki

Por: Tomás Sánchez | Publicado: Jueves 4 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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La teoría y la práctica en teoría son iguales, en la práctica no. Esto es lo que muchas veces se les olvida a nuestros amigos parlamentarios. El papel suele soportar todo, miles de artículos buscan cubrir cada ángulo posible y toda sofisticada ambición queda cubierta. Pero cuando cientos de páginas se imprimen y llegan a la calle, la confusión reina y la cuenta la pagan las pymes. Claramente hablamos de la legislación tributaria, que más que ayudar a las pymes, las perjudica.

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Hace un par de décadas, un mercado menos dinámico soportaba un ritmo legislativo tranquilo. Los proyectos podían demorarse años en discutirse y la legislación se adaptaba lentamente a los cambios sociales. Hoy la realidad es diferente. El mercado es cambiante, híper dinámico y en una economía tan abierta al mundo como la nuestra, la competencia es feroz. Por lo mismo, la mayoría de los países de la OCDE han adoptado estrategias tributarias que potencian el rol de la empresa a la hora de buscar recaudación. En un mercado global abierto los inversionistas eligen libremente donde invertir. Mientras Chile complejizó su sistema tributario y está entre los países con mayores impuestos corporativos, los países de OCDE han ido bajando sus impuestos a las empresas y este mismo organismo recomienda bajar la carga a las pymes.

Lamentablemente hoy la ideología se ha tomado la discusión. En teoría, si les subo los impuestos a las empresas, los dueños de las más grandes pagarán más. Puede ser. En la práctica, quien tiene tal poder económico gestiona sus inversiones exigiéndoles un cierto retorno. Impuestos más o impuestos menos, es una variable que gestionar. Con tales magnitudes de inversión el número en la última línea va a dar igual. Aumentarán un par de pesos los productos pegándole al cliente final, se ajustarán sueldos o se invertirá en otro país. Los súper ricos que algunos vehementes en teoría persiguen, en la práctica tienen toda la cintura para arreglárselas.

Mientras tanto, en la calle, les hacen un flaco favor a los emprendedores y empleados de las pymes del país. Desintegrar el sistema, complejizarlo, exigir contabilidad completa, pagar más impuestos sobre herramientas digitales y un sistema tributario que no tiene progresividad para las empresas. Es una situación que aguanta más. Peor aún, es increíble que las principales fuentes de recaudación del Estado son impuestos regresivos.

Mientras los políticos negocian tomándose todo el tiempo del mundo, los emprendedores estamos preparando nuestra declaración de impuestos. Irónico, al menos. En las últimas semanas se ha visto como nunca la unión de decenas de gremios a lo largo del país que piden a gritos un sistema tributario más simple y progresivo. Que cuide a las pymes de nuestro país y ponga a la empresa en el centro del desarrollo. Uno que sólo se hace real con más y mejores empleos de la mano de pequeñas empresas que se hacen sustentables y crean un mercado más equilibrado. En teoría, puede que recaude más o menos; en la práctica, seguimos igual.

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