Tres oportunidades y tres tareas para una mejor minería
JUAN IGNACIO GUZMÁN CEO GEM Mining Consulting
Chile se unió, recientemente, a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), posicionando al país como actor clave del sector a nivel global. No es solo un hito simbólico, pues bien implementada esta decisión puede convertirse en el mayor salto de confianza y competitividad de nuestra minería en décadas.
Se trata de una oportunidad concreta, considerando que la cartera 2024–2033 suma 51 proyectos por más de US$ 80.000 millones. Acelerar trámites, incluso por algunos meses, adelanta el empleo, recaudación y producción.
“La incorporación de Chile a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas puede ser el mayor salto de confianza y competitividad de la minería nacional en décadas”.
En este contexto, la entrada al EITI abre tres frentes que se refuerzan entre sí:
• Contratos y beneficiarios finales (certeza regulatoria): publicar contratos ‒ y sus adendas ‒, junto con un registro interoperable de beneficiarios finales, reduce la incertidumbre y mejora la evaluación de riesgos de proyectos greenfield y expansiones brownfield. El Estándar EITI exige divulgar todos los contratos y licencias otorgados o modificados desde el 1 de enero de 2021 y avanzar hacia registros verificables de beneficiarios finales. Partir por litio y proyectos nuevos enviaría una señal clara a inversionistas y comunidades.
• Un data room país que baje tiempos y judicialización: la evaluación ambiental promedió 885 días en 2023; en minería los procesos suelen alargarse. Integrar, en formatos abiertos, los portales y bases del SEA, SMA, Sernageomin, Cochilco y Hacienda (con mapas de licencias, pagos al Estado, y reportes socioambientales accesibles y auditables a nivel de proyecto) ordena la información, acelera permisos, fortalece la licencia social y reduce la judicialización. En la práctica, es construir un data room país: un portal único y abierto que permita seguimiento en tiempo real.
• Gobernanza de Codelco y ENAMI (valor y disciplina): EITI exige transparencia en transferencias, deuda, ventas y gobierno corporativo de las empresas públicas. Para Codelco y ENAMI, esto mejora la reputación y el costo de financiamiento, pero también obliga a la sociedad y a la política a evaluar su desempeño, no solo por su función social, sino también por su mérito económico.
¿Qué sigue, en breve? Publicar contratos y beneficiarios (empezando por litio y nuevos proyectos), habilitar el data room integrado y aplicar las exigencias de gobierno corporativo en las empresas del Estado.
La EITI no es una solución mágica a los desafíos de productividad, permisos o convivencia territorial. Pero convierte datos en confianza, y esa confianza en inversión y mejores decisiones públicas. Si cumplimos estas tareas con disciplina, daremos un paso decisivo hacia una minería más verde, transparente e integrada a la sociedad.