Triunfo de la centroderecha: la presidencia en la mira

Hace tres años celebrábamos el primer triunfo de un candidato de la centroderecha en más de medio siglo. Sin embargo, hoy existe un contraste enorme con lo que sucede: el pesimismo, la sensación de fracaso y el derrotismo inundan cada una de las actividades. ¿Qué pasó en este período?


El nuevo gobierno intentó remover al país de un letargo que lo tenía casi paralizado, ya que Chile, aquella nación innovadora que a finales de los ochenta se desmarcaba de sus vecinos y que en los noventa se lucía mostrando una ejemplar transición a la democracia y unos impresionantes indicadores en la economía, había perdido su ímpetu.

Está claro que el actual gobierno ha tenido un déficit en lo político, parece carecer de esa necesaria conexión con el “alma” de la gente, peca de falta de emoción en lo que hace, es algo frío y no es empático. No obstante, lo prometido se va cumpliendo.

Mucho se dijo en la campaña que sus ideas eran sólo voladores de luces, pero aquí estamos: crecimiento cercano al 6%; inflación de 1,5% en el último año; bordeando el pleno empleo con más de 700 mil nuevos puestos de trabajo; reforma tributaria; postnatal de seis meses; nueva política habitacional para la clase media; reforma al sistema de educación en sus tres etapas, pre escolar, básica y superior; aumentos en la transparencia del actuar del Estado; y mejoramiento en el acceso a los servicios públicos. Tenemos hoy un país que crece, ejemplo en la región y en el mundo. 
Pero este camino de crecimiento, de generar igualdad de oportunidades para todos, es un camino largo y un proyecto basado en ideas de libertad. Aun cuando estemos orgullosos de lo conseguido, se debe ir por más y por eso debemos cambiar la cara, tomar nuevos aires y volver a luchar por un nuevo período en el gobierno.

Contamos con las ideas y la fuerza y el amor por Chile, no podemos desperdiciar esta oportunidad, quien gobierna no da lo mismo, ya nos dimos cuenta y debemos hacer el máximo esfuerzo por aquellos que confiaron en nosotros, por aquellos que hoy no se sienten con voz, pero que aspiran a un Chile con más oportunidades, un país más libre. Este es un llamado a renovar el compromiso asumido hace algunos años y reconocer lo avanzado, pero, fundamentalmente, apoyar los esfuerzos que se están haciendo como coalición gobernante.