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DF Tax | Un sistema tributario más eficiente y predecible

Víctor Villalón, académico del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información, FEN U. de Chile.

Por: Víctor Villalón | Publicado: Jueves 30 de marzo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Víctor Villalón

La relación jurídico tributaria entre las administraciones de impuestos y los contribuyentes no siempre es eficiente y predecible, debido a los cambios que surgen desde la globalización, la digitalización social y económica, los estándares de sostenibilidad en diferentes ámbitos del ser y quehacer, entre otros. Aquello presenta desafíos que van más allá del ámbito de influencia de las instituciones y empresas, lo que conlleva a un proceso de adaptación permanente.

A ello, se suman las formas de interacción y comunicación entre contribuyentes, autoridades e interesados, cuyas interpretaciones y percepciones, que se traducen en acciones u omisiones, pueden lesionar objetivos e intereses de largo plazo, lo que resulta crítico en cambios estructurales al sistema, como ha ocurrido con algunos puntos de reformas tributarias pasadas.

“Debemos arribar a una visión compartida sobre lo que significa un sistema tributario eficiente y predecible. Si bien esa visión puede orientarse a una recaudación directa, al control y sanción, o la facilitación sin restricciones, son extremos que han dejado numerosos sinsabores”.

Lo anterior llama a ocuparse y promover un equilibro en la relación entre actores relevantes, para prevenir la ineficiencia e incerteza tributaria y apalancar los objetivos nacionales.

Existen dos conceptos claves que deberían estar en constante monitoreo y fortalecimiento: el poder de la administración tributaria y la confianza en el desempeño del sistema y administración tributaria. Respecto al primero, es usual que los códigos tributarios otorguen un poder amplio para fiscalizar y sancionar el incumplimiento, lo que mal interpretado, limita la facilitación, el acompañamiento, la colaboración y habilitación de los contribuyentes, resultando contraproducente para la mayoría que lo hace bien y benévolo para la minoría que promueve malas prácticas, quedando al margen del cumplimiento esperado.

Sobre el segundo, es importante que todos confíen en el desempeño del sistema, la institucionalidad y actores involucrados. Quienes abogan por una relación jurídico tributaria de calidad esperan proporcionalidad de las acciones de tratamiento y discrecionalidad dirigida mediante procesos y sistemas, estrategias basadas en alianzas público-privadas, asistencia y orientación, cuando no se tienen los conocimientos y capacidades y, especialmente, transparencia en el desempeño del sector privado y público.

Un desequilibrio da lugar a normas sustantivas o procedimentales diseñadas de manera inapropiada, –incluyendo colisiones con la realidad económica y jurídica de los negocios–, que generan espacios de abuso o dejación, y decisiones y acciones basadas en el temor, lo que afecta el desempeño de todos los actores, con altos costos económicos y sociales.

Debemos arribar a una visión compartida sobre lo que significa un sistema tributario eficiente y predecible. Si bien esa visión puede orientarse a una recaudación directa, al control y sanción, o la facilitación sin restricciones, son extremos que han dejado numerosos sinsabores, costos y aprendizajes en todas las jurisdicciones. La visión de este bien público debería ser ampliamente compartida con objetivos claros y transparentes, de corto y mediano plazo, en base a datos objetivos.

Ese marco vertiginoso llama a estar conscientes del ámbito de influencia que tenemos a mano, de modo que las políticas, instrumentos y actividades bajo una visión común de largo plazo, además de asegurar la recaudación tributaria necesaria, permitan prevenir o amortiguar los vaivenes estructurales y desequilibrios en el desempeño y fomentar mayores niveles de eficiencia, certeza tributaria, predictibilidad y satisfacción de los actores interesados.

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