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Valparaíso nuevamente en peligro

Jorge Martínez

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Valparaíso vive permanentemente en peligro. Incendios catastróficos, actos de corrupción, déficit municipal histórico, entre otros. Por cierto el "Estado", fuera de prometer mucho, salvo la gestión del ex presidente Lagos, no ha estado a la altura del valor de la ciudad.

Hoy enfrentamos otra amenaza mayor. La Empresa Portuaria Estatal (EPV) quiere comenzar a construir un nuevo puerto, frente al anfiteatro natural de cuarenta y tres cerros. Este nuevo puerto va a instalar una muralla de contenedores de veinte metros de altura que impedirán la vista al mar y, perpetuamente, el acceso al borde costero. Además, en el resto de la costanera vienen otros edificios varios, y, a continuación, el famoso y discutido "Mall Barón".

Es probable que usted pueda pensar que estas líneas están escritas por un romántico conservacionista, que se niega a todo cambio y pretende que la ciudad sea un museo. O bien, un furibundo anticapitalista que se niega a toda modernización y emprendimiento privado. Le puedo asegurar que ni lo uno ni lo otro.

Si bien el problema tiene aristas patrimoniales, de calidad de vida y falencias técnicas complejas y muchas aún insolutas, pretendo fundar esta nueva amenaza en ciernes en base a criterios estrictamente económicos y de mercado. En efecto, por penosas razones, hace algunas décadas las industrias "con chimenea" emigraron a la capital, buscando mayor rentabilidad. Entonces, Valparaíso quedó convertido sólo en puerto. Y, dada la tecnologización de los procesos, generando cada día menos empleo y capacidad para sostener el desarrollo de la ciudad. Esto causó un grado de despoblamiento y empobrecimiento tal que llevó a la ciudad a la miseria.

En este estado de cosas, la ciudad decidió inteligentemente "diversificarse", y comenzó a potenciar su industria turística y la actividad universitaria. Por cierto, la declaratoria patrimonial de la Unesco dio un impulso vital para ambos polos de desarrollo, que, al día de hoy, presentan un alto grado de madurez y generan muchísimos más ingresos y empleos directos e indirectos que la actividad portuaria y, además, han repoblado y revitalizado la ciudad.

Por tanto, no se trata de estar "en contra" del desarrollo portuario y del comercio exterior de Chile. Sería insensato. Se trata de tener un desarrollo sustentable y eficiente de la ciudad, donde no haya que debilitar dos polos de crecimiento para potenciar otro. Sólo sentido común y economía básica.

Por otra parte, el verdadero mega puerto competitivo de Chile es la macro zona San Antonio-Valparaíso-Quintero. La competencia no es entre ellos, es respecto al Callao. Y, si en San Antonio hay más espacio, es más eficiente y barato para el fisco y causa menos "daños colaterales", ¿por qué no ampliar nuestros puertos ahí? Las autoridades callan.

Valparaíso está movilizado. Se niega a retroceder más de dos décadas por la tozudez de los burócratas de palacio. Esperamos abrir la discusión y encontrar alguna fórmula sensata para no dañar, nuevamente, a nuestro querido Valparaíso.

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