Editorial

Crisis europea: el valor de las palabras y los hechos

Bastó que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, asegurara la voluntad de la institución...

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Bastó que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, asegurara la voluntad de la institución que encabeza para garantizar la continuidad del euro para que los mercados internacionales, muy especialmente la bolsa española, emitieran señales de optimismo. Durante dos jornadas consecutivas, los inversionistas salieron a comprar papeles en esos mercados, proceso que en el caso de la plaza madrileña se expresó en una recuperación acumulada en torno al 10%.

La situación registrada señala un camino que las autoridades económicas y políticas de Europa debieran mirar con detención. En efecto, lo visto al cierre de la semana pasada confirmaría que si bien los precios de los valores que se transan en sus mercados han incorporado una situación financiera objetiva que afecta a varios de los países de la región, hay un componente no menor de ese proceso que se explica por el golpe a las expectativas que produce ver líderes dubitativos.

Por lo mismo, si los responsables de los destinos de Europa quisieran progresar por una senda distinta de la que conduce al abismo, debieran no sólo insistir en mensajes coherentes y vehementes a favor de la viabilidad del euro, sino que también dar pasos concretos en esa línea.

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