El futuro de Petrobras y el destino de Brasil
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Los grandes productores estatales de materias primas tradicionalmente han tenido un peso desproporcionadamente alto en el destino de las economías latinoamericanas.
Pero en ninguna parte la suerte de un país parece tan estrechamente ligada a la de su campeón estatal como ocurre en Brasil con Petrobras, donde el uso de contratos de la petrolera para financiar a los partidos de gobierno ha sumido a la nación en una debacle política y económica.
De ahí la importancia de que, tras un retraso de cinco meses, Petrobras finalmente presentara el jueves su balance auditado, reconociendo el impacto de la crisis en sus activos.
Las cifras fueron desoladoras, arrojando las mayores pérdidas en la historia de una compañía brasileña. Sin embargo, admitir los hechos es el primer paso para volver a poner a la compañía de pie. Por otra parte, el fin de los subsidios al combustible, que ahogaban los márgenes de Petrobras, también será clave. El gobierno parece haber entendido que no puede seguir usando a Petrobras para fines de su política interna.
La presidenta Rousseff ha dicho que la publicación del balance marcaría el comienzo del fin de la crisis en Petrobras. Es de esperar que eso sea cierto también para Brasil.
