Hacer periodismo nunca ha sido un ejercicio fácil, ni debiera serlo. Es, ante todo, un acto de servicio. Un compromiso diario con la verdad, con la transparencia y con los lectores, que son quienes dan sentido a cada línea publicada. En una época en que la información abunda y la veracidad escasea, ejercer el periodismo no es solo contar lo que ocurre, es explicar por qué ocurre, con rigor, honestidad y respeto por los hechos. Por 37 años, el propósito de Diario Financiero ha sido ofrecer una mirada lúcida y confiable sobre la economía, la política y la sociedad, desde la convicción de que informar bien es una forma de contribuir al bien común.
El periodismo de calidad no se improvisa ni se sostiene por inercia. Requiere independencia editorial, disciplina profesional y una ética compartida por todos quienes hacen posible cada edición. Requiere entender que la credibilidad se construye día a día, noticia a noticia. Ese es el valor que distingue a los medios que perduran. Diario Financiero nació en 1988, en una época sin internet, sin redes sociales ni teléfonos inteligentes. En 37 años hemos visto transformarse la forma en que el mundo produce, consume y conversa. Y aun así, nuestra esencia sigue siendo la misma: buscar la verdad, contextualizar los hechos y ofrecer información que sirva para comprender y decidir.
“Con esta edición inauguramos también DF Regiones, nuestra sección digital que ampliará la cobertura de DF con corresponsalías en terreno, en norte y sur, buscando informar y conectar a las comunidades productivas del país”.
El tránsito desde la era analógica a la digital ha sido una travesía desafiante, pero también fecunda. Hoy, cada periodista es al mismo tiempo reportero, analista y generador de contenidos en múltiples formatos: texto, video, podcast o red social. En esa multiplicidad, el DF ha sabido mantener como sello invariable la rigurosidad. La tecnología cambia, pero los principios del buen periodismo no. Seguimos creyendo que el valor está en el contenido verificado, en la precisión del dato, en la solidez del análisis y en el respeto al lector. Contra el ruido y la fragmentación, seguimos apostando por la profundidad y la coherencia.
Esta edición aniversario coincide con una semana decisiva para el país. En los próximos días, Chile elegirá en primera vuelta a los candidatos que disputarán la presidencia, en un contexto marcado por un magro crecimiento económico, una productividad estancada, bajos niveles de inversión y tasas de desempleo que se han mantenido sobre 8% durante más de dos años y medio. Existe, sin embargo, un consenso transversal entre los aspirantes a La Moneda en torno a que el país necesita volver a crecer en torno a 4% y recuperar el dinamismo. Y, en ello, el impulso de las regiones es clave.
A ellas hemos dedicado nuestra edición aniversario. No lo hace como un gesto simbólico, sino como una decisión editorial que responde a una convicción: Chile no se entiende solo desde Santiago. Las regiones son la fuerza vital del país; allí se produce el 55% del PIB, se innova, se emprende y se construye el futuro. En las regiones están las historias que definen el presente y los desafíos que anticipan el porvenir. Por eso, en los cuatro cuerpos que componen esta edición-negocios, economía, banca e innovación- son las regiones las que hablan. Sus rostros, sus empresas, sus universidades, sus liderazgos locales llenan estas páginas con la voz del Chile que emprende, produce, invierte y da trabajo.
Muchos de nuestros suscriptores provienen de regiones. A ellos, y a todos quienes le han dado su confianza a este medio, les dedicamos esta edición. Y queremos devolver ese compromiso con más periodismo y con nuevas formas de narrar, por lo que hoy inauguramos también DF Regiones, nuestra sección digital que ampliará la cobertura de DF con corresponsalías en terreno, en norte y sur, buscando informar y conectar a las comunidades productivas del país. Porque escuchar al lector, en cualquier formato, es también una manera de servir.
A lo largo de 37 años, Diario Financiero ha sido testigo y protagonista del desarrollo del país, pero, sobre todo, ha sido fiel a una idea simple y profunda: que el periodismo importa. Que, en tiempos de incertidumbre, la información veraz es un bien público. Que detrás de cada noticia hay una responsabilidad con la sociedad, y detrás de cada lector, una confianza que cuidar. A nuestros periodistas, editores, colaboradores, proveedores y lectores, nuestro reconocimiento y gratitud. Gracias por acompañarnos, por exigirnos y por creer, como nosotros, que hacer buen periodismo sigue siendo una tarea esencial.
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