Foco en reanimar las débiles expectativas
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La Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de junio del Banco Central ha revelado un nuevo descenso en los pronósticos de los especialistas sobre el crecimiento del PIB nacional en 2015, con lo que terminó de quedar atrás el leve repunte que se insinuó en febrero y marzo, para regresar ahora al "piso" de 2,6% con que inició el año.
Si bien a la luz del persistente deterioro en las expectativas de empresarios y consumidores, junto el paupérrimo desempeño de la actividad económica en abril, no se anticipaba una recuperación en los pronósticos, el descenso en la proyección es ciertamente preocupante y se suma a la extensa lista de cifras que demandan de parte de la autoridad medidas urgentes y concretas para reinyectar ánimo a los sectores productivos.
En particular, persiste sin cambio en el ambiente de negocios la incertidumbre en torno a las reformas estructurales en las que se encuentra embarcado el gobierno. A la implementación de la reforma tributaria, se han sumado las críticas empresariales a los contenidos de la reforma laboral y la profunda inquietud asociada al "proceso constituyente" para cambiar la Constitución y, en particular, la seria preocupación sobre posibles modificaciones en el derecho a la propiedad.
De esta manera, devolver confianza a los consumidores y a los participantes en los distintos sectores productivos, junto con entregar certidumbres a los inversionistas y emprendedores de empresas de todos los tamaños, debe estar en el centro de las prioridades de un gobierno que, después del cambio de gabinete, al menos ha comenzado a dar muestras de admitir un impacto de las reformas en la actividad.
