Editorial

Inercia en trayectoria de la inflación

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El INE ha dado a conocer la variación del IPC en abril, que duplicó la mediana de los pronósticos tanto de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) como de la Encuesta de Operadores Financieros (EOF), ambas del Banco Central, situada en 0,3%.


Así, tras el 0,6% mensual, el IPC continúa lentamente su camino hacia el interior del rango meta del Banco Central, alcanzando una variación interanual de 4,1% y dejando atrás los elevadísimos registros del cuarto trimestre del 2015 cuando la variación en 12 meses se acercó peligrosamente al 6%, antes de que el shock de precios del petróleo diera una mano.


Sin embargo, los indicadores subyacentes -que excluyen los productos más volátiles y que adelantan una visión más clara del comportamiento de mediano plazo- han demorado más en comenzar a converger, aunque ya lentamente parecen comenzar a hacerlo. Los registros de marzo y abril sirven para recordarnos que la economía chilena -hasta el día de hoy- presenta una alta inercia en lo que a inflación se refiere, como lo recuerdan por ejemplo el reajuste en los Servicios de Salud de este mes y de otros servicios básicos en el primer trimestre. Esto, naturalmente, hace que la inflación tienda a ser más alta y persistente de lo esperable tras 18 meses de muy pobre dinamismo. Ciertamente lo expansivo del gasto fiscal, de la mano de una economía que parece con cada vez menos holguras, suma a esta persistencia.


Ayudará a una convergencia la menor fortaleza del dólar frente al peso de los últimos dos meses, producto del menor dinamismo del primer trimestre en EEUU, a lo que por cierto se contrapone un rebote del precio del crudo a nivel mundial, el cual se transmite gradualmente a los precios de la gasolina locales producto del Mepco.

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