Editorial

Lecciones del blackout

El blackout del pasado sábado puso en el debate las debilidades...

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El blackout del pasado sábado puso en el debate las debilidades de nuestro sistema eléctrico. Pero más allá de buscar culpables, lo importante es pensar qué es lo que se debe hacer, o en qué hemos fallado para llegar a la situación actual.



Bajo esta perspectiva los datos son relevantes. Entre los años 2008-2014 se han incorporado al sistema o están en etapa de construcción, proyectos de generación por 4.000 MW. Una cifra que cobra relevancia si se compara con lo que se ha hecho en materia de transmisión.

En este sector, las inversiones han sido residuales. Desde 2008 una de las principales obras que se ha hecho es la línea de transmisión que va entre Cautín y Charrúa, y la incorporación de nuevos equipos a subestaciones para reforzarlas.

El problema es que para contar con un sistema estable, se requiere que la inversión en transmisión acompañe el aumento de la capacidad de generación, que es lo que precisamente no ha ocurrido.

Si bien el último estudio de transmisión troncal aprobó inversiones por US$ 900 millones, las obras comenzaron a ser licitadas recién este año y podrían estar en pleno funcionamiento en 2016.

Si a esto se suma que cada vez es más engorroso desarrollar inversiones en transmisión, por los problemas de servidumbre, y que el sistema requerirá la inyección de alrededor de 10.000 MW en los próximos 10 a 13 años, el país está francamente frente a un escenario adverso. Por ello es clave reevaluar la planificación de la ampliación del sistema de transmisión y pensar en desarrollos con un horizonte de 20 años. Si no es así, Chile seguirá expuesto a blackout, pese a contar con un parque adecuado de generación.

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