Recientes encuestas han enfriado las expectativas en Brasil de un creciente respaldo a la candidata Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y han vuelto a poner a la actual mandataria y postulante del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, corriendo con ventaja en una primera votación prevista para el 5 de octubre e imponiéndose en la segunda vuelta el 26 del próximo mes.
En efecto, un sondeo de Vox Populi esta semana mostró que el apoyo a la mandataria subió a 40% en primera vuelta, con Silva reduciendo su respaldo a 22%. En segunda vuelta, en tanto, Rousseff estaría asegurando su victoria con un respaldo que aumentó a 46%, mientras que el apoyo a Silva -que reemplazó al fallecido candidato Eduardo Campos- descendió a 39%.
Por cierto, tal como ha venido ocurriendo durante los últimos meses de campaña, el enorme mercado bursátil brasileño reaccionó a la baja ante los datos que apoyan la expectativa de que se concretará un segundo mandato de la presidenta Rousseff, sobre quienes muchos inversionistas temen que profundice una estrategia de intervencionismo estatal en la mayor economía de América Latina.