Editorial

Regulación expropiatoria

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La regulación de los mercados se justifica cuando concurren condiciones especiales, como la existencia de un monopolio natural. En este caso, se busca emular las condiciones que existirían bajo un mercado competitivo a través de la fijación tarifaria.

En Chile se regulan mercados como el agua y la distribución eléctrica, ciertas tarifas del servicio de telefonía fija y móvil (cargo de acceso) y algunos cobros en carreteras, aeropuertos y puertos, en virtud de las condiciones monopólicas que generan las concesiones otorgadas para realizar las actividades. La regulación busca promover inversiones en estos sectores garantizando una rentabilidad razonable, pero con el debido resguardo de los intereses de los usuarios finales.

Ahora bien, resulta preocupante cuando, una vez adjudicados los proyectos y realizadas las inversiones, se cambian las reglas del juego. Así, por ejemplo, restricciones ex post al cobro por servicios complementarios en los aeropuertos o cuestionamientos al alza de peajes en carreteras concesionadas, que fueron acordados durante los procesos de licitación, afectan la certeza jurídica necesaria para incentivar la inversión en el tiempo. Igualmente, someter a regulación tarifaria mercados cuya estructura no corresponde a la de un monopolio natural (como podría ser el caso del gas de red) puede provocar un daño patrimonial importante y elevar la percepción de riesgo regulatorio, afectando el desarrollo futuro del sector.

Invitar al sector privado a realizar inversiones de envergadura y luego cambiar las condiciones que determinan la rentabilidad esperada de sus negocios no favorecerá el progreso de Chile.

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