Editorial

Subejecución del Presupuesto 2016S

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La Dirección de Presupuestos dio a conocer la ejecución del gobierno central durante diciembre del año pasado, revelando que el gasto total disminuyó un 3,6% ese mes, un fuerte ajuste en la última parte de 2016 que coincide con un período de pronunciada desaceleración de la actividad económica y que, según se anticipa, llevará el crecimiento del ejercicio pasado a un magro 1,5%.

Con el resultado de diciembre, en el año el gasto total del gobierno central alcanzó a 39,6 billones de pesos (unos US$ 58.560 millones), un aumento de 3,7% respecto de 2015. Y más relevante aún: el alza fue menor al 4,2% de incremento que se había fijado el gobierno como meta para el año tras el ajuste fiscal por US$ 540 millones realizado en marzo.

Con la mirada puesta en el déficit fiscal y la advertencia que sobre este asunto han estado haciendo las agencias internacionales de riesgo, se puede afirmar que el objetivo se cumplió con creces.

No obstante, también es importante considerar que la subejecución presupuestaria significa incumplir o bien no alcanzar a terminar algunos proyectos o planes previamente establecidos y, por ende, discutidos, evaluados y comprometidos.

En Salud, por ejemplo, el gasto en capital (inversión) alcanzó a 70% de lo presupuestado, y en Educación, a 85%.

El director de Presupuestos, Sergio Granados, dijo que no hubo un freno al gasto decidido desde Hacienda, sino que el resultado corresponde a lo que ejecutaron los ministerios.

Aunque el impacto de esto es positivo en el déficit fiscal, tendrá que revisarse en detalle la subejecución para determinar si es un camino conveniente para las políticas estatales.

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