Editorial

Una crisis económica de origen político

Definitivamente, los mercados bursátiles mundiales han decidido castigar a las acciones estadounidenses y europeas...

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Definitivamente, los mercados bursátiles mundiales han decidido castigar a las acciones estadounidenses y europeas. El acuerdo alcanzado entre republicanos y demócratas para elevar el techo de la deuda y encaminar un tibio recorte del déficit fiscal, permitió a Washington evitar el default, pero no otorgó ni el más mínimo espacio de tranquilidad a los inversionistas.



Mientras tanto, el paquete de ayuda acordado por la Unión Europea para reforzar el rescate griego, sigue pendiente de la decisión autónoma que deben tomar los parlamentos de los países miembros, dejando -una vez más- en evidencia que el Viejo Continente sufre las consecuencias de un ordenamiento que admira al mundo, pero que otorga demasiada discrecionalidad cuando se trata de acordar políticas conjuntas y urgentes.

De esta forma, queda en evidencia que la crisis en EEUU y Europa (ambas marcadas por altos déficit fiscales originados, entre otras cosas, en el costo que implicó salir al rescate de un endeudado sector privado durante la debacle financiera) tiene un origen eminentemente político. Que la falta de consensos y los apetitos electorales están jugando en contra de los intereses de millones de inversionistas y pensionados en todo el mundo.

¿Cuánto tiempo durará esta tormenta? La respuesta, considerando que también depende de decisiones políticas, es difícil de encontrar. Algunos economistas sostienen que hubiese sido mejor ver a EEUU en default durante un par de días para que se asumiera de mejor forma la complejidad del problema.

Las autoridades tienen en sus manos la llave de la solución. Lo que falta es decisión.

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