Opinión

Inflación

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Un evidente ajuste al alza experimentaron las expectativas de inflación en el mercado financiero local luego que el lunes el Banco Central anunciara un programa de compra de divisas para este año por US$ 12.000 millones.



¿La razón? Dicha acción, acorde con los objetivos de la autoridad monetaria y las mismas aspiraciones de ciertos sectores productivos, se traduciría en un mayor precio del dólar en el país. Un punto no menor considerando que se trata de una variable que influye en el valor de otros bienes relevantes de la economía chilena, como es el caso de los combustibles, los que -a su vez- tienen una incidencia que destaca en la canasta del Indice de Precios al Consumidor (IPC).

A esto se une que en estos días se ha observado un aumento persistente en la cotización del petróleo en el exterior, otro de los referentes a la hora de definir el valor de las bencinas en el plano interno. Lo anterior, por ende, da pie para esperar que en los próximos meses se concreten los llamados efectos de segunda vuelta de la inflación propios de una economía indexada. Un IPC más alto, en algún momento, necesariamente se transmite a otros precios o sino baste recordar el reajuste mensual de la misma Unidad de Fomento (UF).

Así y todo, hasta ahora se trata de alzas acotadas, que no implican un desalineamiento de la meta planteada por el Banco Central en el mediano plazo, que fluctúa entre 2% y 4%. Previsto o no, en este contexto es claro que la baja inflación observada en 2010 le dio cierto espacio a la autoridad monetaria para actuar en el terreno cambiario. Pero lo evidente también es que el seguimiento de la trayectoria de los precios internos cobra más importancia, sobre todo porque la actividad interna ya entró en una dinámica de crecimiento que se entiende tiene más visos de acelerarse que de frenarse en los meses venideros. En el Informe de Política Monetaria (IPOM) del mes pasado, el mismo instituto emisor estimó una inflación de 3,3% hacia diciembre del presente ejercicio -frente a un 3,2% de septiembre-, en un escenario donde el PIB se expandirá entre 5,5% y 6,5%. En el mundo privado, no obstante, ya hay voces que apuntan a la posibilidad de que el país crezca sobre el límite superior proyectado por la autoridad.

Conforme a este cuadro, es previsible que el Banco Central deba seguir con la normalización del nivel de las tasas de interés durante este año -sin descartar margen para una pausa-, calibrando en todo momento la relación costo-beneficio de la anunciada intervención cambiaria.

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