Por G. Meyer en Nueva York y R. Harding en Washington
Los mercados del crudo en picada prometen precios del petróleo estadounidense más bajos para las próximas semanas en un potencial regalo para los consumidores en la mayor economía del mundo.
Menores costos del combustible durante la temporada peak de “manejo” del verano boreal también podría cambiar la situación de la campaña de elección presidencial después de una primavera que estuvo llena de ataques a la política energética.
Los consumidores también se podrían beneficiar a medida que las compras de resguardo de títulos del Tesoro de EEUU hacen caer las tasas de interés de las hipotecas, permitiéndoles potencialmente refinanciar y ahorrar dinero, pero ni el petróleo ni el crédito serán suficientes para compensar por completo el efecto del estancamiento del trabajo sobre los ingresos.
El petróleo ha sufrido lo que Citigroup llamó una “venta viciosa” a medida que las señales de desaceleración en China y el resurgimiento de la crisis de la eurozona sacuden los pronósticos de consumo y hacen huir a los inversionistas hacia refugios. El resultado fue un dólar más fuerte y presiones sobre los commodities, la mayoría transados en la divisa estadounidense.
El crudo Brent está bajo US$ 100 el barril por primera vez desde octubre de 2011, y cayó 18% desde comienzos de mayo.
Los precios del petróleo han caído cerca de 7% desde cerca de un máximo en abril, según la Administración de Información Energética (EIA, su sigla en inglés). Los precios minoristas tienden a mostrar un rezago frente a los del crudo, por lo que los expertos dicen que las caídas continuarán.
“Hay más disminuciones en los precios que aún no se han traspasado”, dijo Jon Cogan, de la EIA, la rama de estadísticas independiente del Departamento de Energía de EEUU. Y agregó que podría demorar “varias semanas” para que una caída en el precio de venta mayorista llegue a las bencineras.
Más poder de gasto
El reporte de empleo del viernes y otros datos decepcionantes han también pesado en los mercados del crudo.
Pero al final, EEUU vería un impulso por los menores precios del petróleo a medida que aumenta el poder adquisitivo de los consumidores y se calman las presiones inflacionarias, comentó el economista senior de Bank of America Merrill Lynch, Michael Hanson. “La caída de los precios de la gasolina están reflejando la debilidad del crecimiento global, que está mayormente fuera de EEUU, por lo que para los consumidores estadounidenses hay un pequeño beneficio neto”, acotó.
Los crecientes suministros también han jugado una parte en el enfriamiento de los precios, con Arabia Saudita, clave en la OPEP, bombeando un máximo en 30 años. EEUU produjo 6,3 millones de barriles diarios en marzo, el mayor nivel mensual desde 1998. Las refinadoras también están produciendo más petróleo a pesar de la débil demanda.
Los precios del petróleo podrían caer de nuevo en el evento de una liberación de las reservas gubernamentales estratégicas. Los países que integran el G8 acordaron el mes pasado liberar reservas si se interrupía del suministro, por ejemplo por las sanciones o un conflicto con Irán.
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