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Un Estado digital para Chile: avances y desafíos

Por Francisco Guzmán, director de Claro empresas

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El último balance de la agenda de transformación digital del Estado da cuenta de que los chilenos hoy pueden hacer un 86% de los trámites estatales de manera online, y que la digitalización ha significado que 14 millones de personas tengan Clave Única, mejorando su calidad de vida al poder realizar 1.598 trámites de forma online.

Ahora el gobierno trabaja en los reglamentos a presentar en Contraloría para ingresar las normas técnicas que darán vigencia en marzo a la Ley de transformación digital del Estado.

Pero, ¿cómo pueden los beneficios de la digitalización llegar a todas las personas?

Todavía hay voces escépticas que creen que un mayor avance tecnológico estatal provocaría la pérdida de muchos puestos de trabajo, sobre todo en Latinoamérica, donde el Estado es uno de los empleadores principales. Cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hablan de que el 30% de las tareas de este sector pueden ser realizadas por Inteligencia Artificial.

Para enfrentar este desafío en Chile, el nuevo gobierno deberá apuntar al desarrollo de nuevas habilidades en los trabajadores públicos donde, por ejemplo, la curación y construcción de datos fiables -protegiendo la privacidad de los ciudadanos- va a ser fundamental.

Un ejemplo internacional nos puede iluminar el camino: Estonia. En los últimos 28 años diseñó, implementó y puso en marcha X-Road, una moderna plataforma que permite a sus habitantes realizar el 99% de sus trámites de manera digital. De esta forma, los 1,3 millones de estonios solo salen de su casa a hacer trámites cuando se casan, se divorcian o compran una casa. El resto es todo por Internet.

Un Estado digital puede generar tremendos beneficios a los países, partiendo por incentivar la inversión, que trae consigo más oportunidades de trabajo y ahorro en costos estatales. En Estonia, por ejemplo, la digitalización del Estado supone un ahorro del 2% de su PIB anual.

La modernización del Estado es un desafío estratégico fundamental para el país, en el que se debe avanzar con decisión, sobre todo tras la aceleración de la digitalización que trajo la pandemia.

Por eso, es de esperar que se consideren lineamientos que favorezcan el desarrollo de la vida digital de los chilenos. El pasado 25 de enero se comenzaron a votar en general las primeras iniciativas de norma constitucional en la Comisión de Sistemas de Conocimiento, donde se han abordado temas como la brecha digital y el resguardo de los datos personales.

Para contar con un Estado moderno y digitalmente maduro, es necesario instalar una política transversal de transformación digital que no sea solo responsabilidad de los expertos digitales, sino de todo el organismo, y que entregue garantías de seguridad y confianza a la ciudadanía a través del resguardo de sus datos por medio de la ciberseguridad, junto con educar a la población (y a los mismos funcionarios públicos) sobre la importancia, los desafíos y beneficios que implica digitalizar el Estado.

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