Coquinaria, para comer

Coquinaria es el Disney del foodie: un mercado seleccionado de productos en exposición y venta permanente, que tiene además un restaurante-salón de té-bistrot, todo en uno, bullente y lleno de rincones especiales. Por ahí está la mesa donde los extraños pueden sociabilizar la experiencia culinaria del local y, tal vez, intercambiar opiniones. Está el rincón donde se agrupan los chocolates; está la barra, está la terraza.

Si observa a un anfitrión extranjero, particularmente inglés, totalmente british, que se preocupa de todo y de todos, que se pasea entre las mesas, no se extrañe, es Kevin Poulter, socio y espíritu de este sitio-experiencia. Si quiere recomendaciones, él es el hombre.

Todo lo que se usa en su cocina proviene de su propio emporio, incluyendo pastas, carnes, especias y el pan. Como entrada puede escoger la excelente sopa del día ($ 2.950) o una interesante Trilogía de Camarones envuelto en Vermiccelli, Bisque y Crème Brûlée ($ 5.500). En los fondos puede optar por un excelente Risotto del Mar ($ 9.250) con pulpo, pinzas de jaibas y otros mariscos más azafrán o por un clásico: Lomo de Atún con costra de Coquinaria ($ 10.500). De postre un notable Risotto de Chocolate blanco tibio con helado de arroz con leche y frutas rojas 
($ 3.950), combinación sublime de sabores.

Además hay una Hora del Té inglés (17 a 19 horas) y Brunch los fines de semana y festivos, además de un buena alternativa de sándwiches. Y una serie de talleres para los más fanáticos. Un festival gastronómico todos los días.