En 30 años, Claudio Fischer ha construido, en conjunto con su hermano Humberto o en solitario, más de 400 mil metros cuadrados. Y es que además de sus negocios en casinos y un exitoso pasado por la industria salmonera, a Fischer le gusta construir. Dice que la razón es muy simple: “A diferencia de nosotros que estamos de paso, las obras son cosas que quedan y, trascienden”.
A principios del año, su cadena de casinos Sun Dreams hizo noticia luego de acercamientos con los entonces acreedores de Enjoy, hoy controladores de la operadora de casinos, para estudiar una fusión. Hoy, las conversaciones están en verde y siguen adelante por medio del banco de inversión Asset que ahora fue contratado formalmente por Enjoy para estudiar todas las opciones. Además de los Fischer, los Imschenetsky y el grupo canadiense Clairvest, dueños de Marina del Sol, también entraron al ruedo. No son los únicos ni los últimos, dicen conocedores, y el trato, de haber, se va a demorar un tanto.
Donde sí tienen todas sus fichas puestas hoy por hoy es en lo inmobiliario. “Este es un sector que permite devolverle algo de valor a las comunidades en las que he desarrollado otros negocios y en las que he vivido. Por supuesto que soy exigente con la rentabilidad de los proyectos, pero siempre teniendo muy presente la calidad integral del proyecto. Para mí resulta relevante que los proyectos sean de calidad y belleza arquitectónica”, responde Claudio Fischer a DF MAS.
Proyecto en Brickell, Miami.
Quienes conocen y han trabajado con el fundador de Dreams y que hasta el 2018 participaba en la industria salmonera con AquaChile en alianza con la familia de Víctor Hugo Puchi, y que vendieron a Agrosuper en US$ 850 millones, concuerdan que Claudio tiene casi una obsesión por el detalle en las cosas que hace. Además de ser un hábil negociador y un tanto deslenguado en sus declaraciones. Por eso pidió contestar estas preguntas por escrito.
“Tenemos una nutrida cartera de proyectos de distinto tipo en Chile y el extranjero y todos me entusiasman y en todos me involucro con bastante detalle. Por lo novedoso y lo desafiante, me tienen particularmente motivado los proyectos y oportunidades que estoy desarrollando en Estados Unidos”, responde.
En particular en Miami es donde se concentran dos de los proyectos inmobiliarios más recientes y ambiciosos del empresario. En el centro financiero de Miami, en el sector conocido como Brickell, Claudio Fischer buscó y seleccionó un paño ubicado estratégicamente y por el cual pagó unos US$ 55 millones.
En este proyecto, él es dueño del 95% del terreno, y el 5% restante es de TSG Group, los gestores inmobiliarios, y donde el chileno Jorge Escobar es socio. Esta firma tiene más de 20 años de experiencia en el sector de real state y ha desarrollado más de 200 proyectos residenciales, según su web.
El anteproyecto, cuenta Fischer, contempla una torre de 77 pisos de aproximadamente 112.000 metros cuadrados, 800 estacionamientos, 15.000 metros cuadrados de oficinas y 66.000 metros cuadrados de residencias.
“Uno de los atributos y cualidades del proyecto es que contará con espectaculares vistas a la bahía de Miami. La estimación preliminar de la inversión requerida para desarrollar este proyecto es del orden de US$ 600 millones”, apunta. “Considerando la magnitud del este proyecto, junto con TSG estamos en la busqueda de un socio desarrollador con experiencia en edificios de gran altura o rascacielos”.
También en Miami, pero en los sectores de Palm Island y Bay Point, tiene tres proyectos de viviendas de lujo, todos frente al mar, y donde cada vivienda se venderá entre US$ 15 millones y US$ 32 millones.
Casas de lujo en Miami.
Y al otro lado del país, en Utah, tiene contemplado desarrollar siete proyectos residenciales tipo lodge en terrenos ubicados en zonas de montaña, cercanos a Cedar City, donde cada lodge costaría entre US$ 2 millones y US$ 4 millones.
Sin embargo, el foco de sus inversiones está y seguirá estando, adelanta, en Chile.
En la actualidad, junto a su hermano Humberto en la sociedad Pacífico Sur tienen 22 proyectos en distintas etapas de desarrollo, de los cuales 13 están en construcción.
La lista de los principales es larga, pero menciona un edificio en la calle La Pastora con Isidora Goyenechea, y que la Dirección de Obras de Las Condes aprobó en junio. El megaproyecto, que se emplaza en la codiciada esquina donde se ubicaba la Unicef, fue diseñado por el arquitecto Borja Huidobro. También tiene otro proyecto de oficinas, de 12.400 metros cuadrados en calle San Sebastián en Las Condes, donde es dueño del 80% y Abraham Senerman, quien además es el arquitecto, tiene el 20% restante.
Mientras que en el sur, su lugar favorito de Chile, dice, tiene otro proyecto, en el barrio Seminario de Puerto Montt, residencial y comercial por un total de 35.800 metros cuadrados. Tiene otro proyecto residencial en esa ciudad, llamado “Mirador Sur”, que suma 980 departamentos.
En Puerto Varas tiene otro completamente residencial que diseñó Abraham Senerman en la costanera de la comuna lacustre, en el sector de Puerto Chico.
Proyecto de oficinas en La Pastora con Isidora Goyenechea en Las Condes.
En la zona de Pelluco, en Puerto Montt, proyecta dos importantes proyectos: uno de equipamiento comercial y equipamiento en primera línea frente al mar y otro residencial en 20.000 metros cuadrados de terreno. Ambos anteproyectos serán presentados próximamente a la Dirección de Obras Municipales de Puerto Montt, adelanta.
De manera personal, en la zona de El Golf ya ha tomado otras posiciones para otros edificios de oficinas, dice sin dar más detalles, y en Temuco tiene un proyecto tipo “Multi-family”, de 90 departamentos en aproximadamente 8.500 metros cuadrados.
Y a todo esto le suma la operación de la Zona Franca de Punta Arenas, donde se transan más de US$ 500 millones al año, y es dueño de la operadora de estacionamientos subterráneos en Puerto Montt.
Fischer lo deja claro. Él se queda en Chile. Por estos días pandémicos pasa la mayor parte de su tiempo en Puerto Montt, y cuando es estrictamente necesario viaja a Santiago o a Estados Unidos a supervisar sus inversiones.
“Mi deseo es seguir invirtiendo en Chile y lo seguiré haciendo en la medida de lo posible, en especial en la zona sur con la que me siento tan identificado”.
¿Y eso a pesar de los convulsionados días políticos? Fischer responde: “En Chile, antes de estas elecciones, ya se habían complejizado bastante las condiciones para invertir en el sector inmobiliario debido a algunos problemas, como la judicialización, el cuestionamiento a los permisos de obras, el alargamiento injustificado de trámites, entre otros. Las reglas se pueden cambiar, pero para cualquier inversionista, de cualquier rubro, la certeza es un elemento fundamental. Hoy la certeza jurídica en el sector inmobiliario se ha debilitado y es fundamental para el país contar con normas claras, tanto para autoridades como para inversionistas”.
Pero, recalca: “seguiré invirtiendo en Chile y ojalá que muchos empresarios también lo hagan. El mediano y largo plazo dependerá de las condiciones macroeconómicas del país”, apunta Fischer, el constructor.
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