El senador Hernán Larraín (UDI) tiene claro que luego de las elecciones de segunda vuelta su colectividad debe hacer una revisión del proyecto político y rearticular fuerzas para el futuro del gremialismo y enfrentar el escenario político desde marzo, cuando sean minoría en ambas ramas del Congreso. Apuesta por el diálogo, pero sabe que para eso se necesita una Alianza “ordenada”.
- ¿Cómo proyecta el futuro de la UDI?
- Eso lo vamos a definir en enero luego de la segunda vuelta, pero tengo confianza en que la UDI tiene fuerza interior que le va a permitir revisar su situación, corregir errores, rectificar líneas del proyecto político, revisar sus liderazgos y modificar sus estrategias, de manera de poder reposicionarse en una Alianza que espero sea más amplia y más unitaria. Nosotros siempre nos hemos preocupado de ir incorporando gente joven a todas nuestras actividades y en el parlamento o municipios somos el partido con más figuras jóvenes. Obviamente es parte de la renovación que debe tener la UDI este dialogo entre los con más experiencia y los nuevos, formar equipos para los caminos a seguir en la etapa que viene. Por lo demás al propio gobierno de Bachelet, si sale electa, le conviene tener una oposición solvente y seria, así es que si somos oposición nos tocará asumir ese rol y necesitamos el camino de la seriedad, si somos gobierno también necesitamos este esfuerzo de unidad para ofrecer un proyecto que negociado con la oposición pueda salir adelante.
- ¿Cómo analiza el momento de la candidatura de Evelyn Matthei a dos semanas de la segunda vuelta?
- Hay unidad en nuestro sector en el respaldo a la candidatura, por cierto siempre hay algunos ruidos, pero en gran medida hay un trabajo serio por todo el país. Adicionalmente se ha iniciado el trabajo de retomar propuestas que propiciaron otros candidatos presidenciales.
- ¿Hasta qué punto las nuevas propuestas amplían el abanico de posibilidades de captar votos?
- Lo que sirve es ver que Evelyn Matthei tiene capacidad de oír a la gente y las otras propuestas e interactuar en esa base asimilando y haciéndose cargo de ideas razonables: lo de Ricardo Israel en materia regional, lo de Alfredo Sfeir en medioambiente e incluso algunas de Parisi sobre abusos económicos. Eso ayuda a que la ciudadanía entienda que queremos hacer un gobierno amplio.
- Matthei precisó que solo si era necesario impulsaría una reforma tributaria ¿Qué le parece?
- Lo que pasa es que hay un planteamiento erróneo de la Concertación, que parte de que la reforma tributaria es una finalidad en sí misma. Nosotros no pensamos que eso sea así. Lo que ha dicho nuestra candidata es que si para el desarrollo de proyectos como los que se han planteado en el ámbito educacional, de salud u otros que exijan nuevos recursos que no están disponibles, no se descarta que eventualmente se pueda hacer una reforma tributaria para recaudarlos, pero no somos dogmáticos en el sentido que la reforma tributaria es un impedimento de principios. Los impuestos son un medio para cumplir fines y si hay recursos suficientes con los actuales rendimientos tributarios no se requiere aumentarlos.
- ¿El debate entre Bachelet y Matthei permitirá contrastar los programas?
- Es importante que puedan debatir, porque al final la gente debe saber por qué vota. El debate entre ambas puede permitir contrastar propuestas y hacer una diferenciación que, estoy cierto, favorecerá a Matthei. Creo que cuando tienen tantas dificultades internas para lograr un acuerdo en programa de gobierno, mientras menos hable Bachelet menos espanta a sus socios.
- ¿Cómo analiza la diversidad de la Nueva Mayoría, que incluye a la DC y al PC?
- La unidad les durará hasta que empiecen a gobernar, porque ahora son puras palabras y promesas. Cuando deban enviar proyectos de ley concretos se va a producir la incompatibilidad. A menos que esté muy equivocado y la DC sea lo mismo que el PC, son distintas las visiones con el PS y el PPD, donde hay opiniones más moderadas y más extremas. Esta convivencia sirve para la campaña, pero es muy compleja para gobernar. En ese sentido, creo que lo que hoy no parece problema sí lo será si comienzan a gobernar.
- ¿La generación de altas expectativas puede jugar en contra de la próxima administración como le pasó al actual gobierno?
- Por cierto, no solo con las expectativas, sino que con las exigencias de muchos de sus partidarios. La bancada joven universitaria de ex dirigentes estudiantiles le va a exigir desde el primer día el 100% y si eso no ocurre vamos a tener movimientos sociales recargados en la calle que le van a hacer la vida imposible. Para Bachelet gobernar será extraordinariamente difícil. Por eso creo que considerando la dificultad por las expectativas, por la falta de unidad interna de un proyecto, quizás puede ser ese un escenario posible donde nosotros podamos colaborar -si hay voluntad de llegar a acuerdos- para que los proyectos que Bachelet lleve adelante en temas más relevantes sean consensuados. Miraría con buena voluntad, si ella gana, que realicemos un trabajo de mayor consenso en la definición de los grandes proyectos.
- Usted tiene una buena relación con ella y acercaron posiciones en algunos temas durante su mandato...
- Efectivamente, siento que ella fue como presidenta una persona que hizo avances significativos en algunos temas como educación y reforma previsional, ahí fue clave esa voluntad de acuerdo. Mi duda es si ella ahora va a estar en condiciones de tener esa actitud, porque pareciera que viene con una impronta más socialista y con una presión más fuerte para un gobierno de una mayor izquierdización que la vez pasada, donde tenía también vocación de centro. Hoy la DC no es la misma, está debilitada y no tiene la misma gravitación de entonces, por eso el escenario no es fácil.
La compleja composición del congreso
- ¿Qué proyecta para el nuevo parlamento que asume en marzo?
- Será un parlamento muy complejo, porque estaremos frente a una Nueva Mayoría que tiene el control absoluto de ambas cámaras, por tanto, ya no van a tener cómo justificar el no enviar proyectos que cumplan con sus programas de gobierno que son mucho más extremos. Nosotros no vamos a tener a una presidenta Bachelet, si ella es la que gana, con un perfil socialdemócrata, como fue su gobierno anterior. Si gana va a ser una Michelle Bachelet socialista con un perfil mucho más fuerte con el mundo de la izquierda que la vez pasada. Entonces al tener el control total se va a producir una situación difícil para nosotros que estaremos en minoría en el eventual gobierno de Bachelet. También es complejo si gana Evelyn Matthei, porque al tener poco respaldo parlamentario la obligaría a un nivel de conversaciones muy complejo y eso puede convertirse en un momento en una suerte de co-gobierno, pero prefiero eso, porque al final yo soy partidario de los grandes acuerdos.
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