El nuevo influencer corporativo: liderazgo con voz y propósito
Por Paola Piña, socia en RSM Chile y socia líder de ESG en RSM Latin America #SoyPromociona
En Chile, donde la confianza es escasa y la licencia social se renueva a diario, las organizaciones enfrentan un reto, y sus líderes también: desarrollar voz propia y ejercer influencia con propósito. Gestionar la narrativa hoy es tan relevante como gestionar resultados: conecta capitales, equipos, clientes y reguladores en una conversación transparente. Aun así, persiste la inquietud por acumular premios y figurar en rankings, una lógica de vitrina que suele desplazar el criterio estratégico.
La diferencia no está en el ruido ni en la moda. Lo que distingue a los líderes de largo plazo es un liderazgo efectivo, con propósito auténtico y métricas que lo respalden. La visibilidad —en LinkedIn o en foros— exige orientar la influencia al bien común. No es un concurso de aplausos. Es dirección. Liderar hoy es convertir esa visibilidad en impacto verificable.
La influencia se construye como un músculo: constancia, datos confiables y rendición de cuentas. Requiere gestión rigurosa, centrada en asuntos materiales y ejercida con transparencia plena.
¿Cómo entrenarlo? Con narrativa que trascienda la rentabilidad; presencia ejecutiva estratégica —informar y, sobre todo, desafiar con criterio—; escucha activa que convierte retroalimentación en decisiones; y preparación para crisis con resiliencia y responsabilidad.
El llamado a los directores y altos ejecutivos en Chile es claro: dejar la táctica y adoptar una influencia sostenida. Uno de los caminos es alinear la voz corporativa con prioridades país —transición energética, resiliencia hídrica, productividad y talento— e incorporar prioridades globales como IA responsable y ciberseguridad.
Medir lo que importa: presencia relevante en la conversación (calidad y autoridad de las menciones, no solo cantidad); interlocución efectiva con resultados; cambios regulatorios concretos; confianza de stakeholders (NPS); progreso ESG verificado; y señales de mercado como costo de capital y talento. Si no mueve esas agujas, es ruido.
El influencer corporativo no va tras el ranking fácil: construye confianza y valor con sustancia. Lo clave es la influencia con propósito que construimos para mañana. Ahí está el verdadero poder.