Un gran paso en materia de inclusión financiera y modernización de medios de pago dio el país hace unas semanas, cuando se aprobó el proyecto de ley que faculta a entidades no bancarias a emitir tarjetas de prepago, con la indicación del Ejecutivo que faculta a Metro a competir en este negocio.
Debido a la penetración de mercado que tiene la estatal -actualmente cuenta con 5 millones de tarjetas Bip! activas-, la idea fue fuertemente respaldada en el Congreso y por diferentes expertos. Lo anterior, pese a las críticas de la UDI, otros actores como el Retail Financiero y las cajas de compensación, o incluso desde la banca, respecto de la asimetría que se generaría en cuanto a competencia dada la garantía del Estado en la compañía.
Sin embargo, para que esto se concrete, la estatal -que se autoimpuso como objetivo tener un piloto funcionando a mediados de 2017- debe superar un obstáculo no menor: competir en el proceso de licitación de la Bip! que se realizará el próximo año.
Metro se hace cargo de la administración de esta tarjeta de carga desde 2013, tras adjudicarse una licitación que la llevó a firmar un contrato con el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones en diciembre del 2012, en el cual se estableció que sería el operador único del plástico hasta 2019, labor que antes recaía en el Administrador Financiero del Transantiago (AFT).
Y si bien queda tiempo aún, el gobierno ya está trabajando en la elaboración de las bases de la nueva licitación.
Es en ese contexto donde se adelanta que la empresa estatal de transportes no será la única que participe del proceso, pues la Secretaria Técnica de Estrategia y Planificación del Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) ya ha recibido consultas de compañías con experiencia internacional interesadas saber más al respecto.
“Hay varios operadores que se han contactado buscando información”, dice Carlos Melo, secretario técnico de Estrategia y Planificación de la DTPM, destacando que el tema del pago en el sistema de transportes es considerado por estos como un negocio muy atractivo.
Aunque algunos ven que el Metro correrá con ventaja, fuentes de la industria comentan que hay varias multinacionales especializadas en tecnología las que estarían acercándose al gobierno para proveer este servicio, como Xerox, LG y Everis.
Inquietud de la industria
Para varios actores no bancarios la incorporación del Metro en el mercado del prepago significó una preocupación, y no sólo por el tema de competencia, sino que precisamente por la licitación.
En el Retail Financiero, por ejemplo, han señalado que esto “va a ser una incertidumbre hacia el futuro”, por las etapas que tendrá que cumplir la estatal para emitir las tarjetas.
Lo anterior tomando el cuenta la migración tecnológica que deberá tener Metro para poder operar en este negocio.
Esto también fue destacado en reiteradas ocasiones, tanto en la comisión de Hacienda como en la sala del Senado.
La estatal en la Bip!
Desde que asumió la administración de la tarjeta Bip!, Metro ha desarrollado una serie de medidas orientadas a ampliar y mejorar la red de carga, a fin de permitir un mayor acceso al transporte público capitalino.
Estas acciones, de acuerdo a la última memoria de la empresa, han apuntado a aumentar la cobertura de lugares disponibles para cargar el plástico, redistribuir la red de carga en lugares de mayor afluencia, e incorporar innovaciones tecnológicas al sistema.
Así, durante 2015 Metro sumó 400 puntos gracias a la firma de un contrato con un nuevo operador de la red de carga en superficie. Y sumó al retail por primera vez al sistema, a través de acuerdos con Unired y Walmart. De esta forma, logró incorporar un total de 169 supermercados de las cadenas Unimarc, Líder y SuperBodega Acuenta, lo que representó un 8% de la red de carga.
Carrera por el servicio Financiero
Para el funcionamiento del sistema de transporte público de Santiago, se dispone de una serie de servicios complementarios a aquellos prestados por los concesionarios de transporte. Hasta el 2011, estos servicios eran provistos por el Administrador Financiero del Transantiago (AFT), que hoy día sólo se encarga de lo relativo a los recursos.
En este caso, el contrato también vence en 2019, por lo que es parte del proceso de licitación que se realizará en 2017.
Así, puede ser el mismo AFT el que continúe a cargo del servicio, aunque cualquier entidad financiera podría participar en el concurso.
Entre las opciones figuran los bancos, los que conforman el AFT actualmente como BancoEstado, Santander, Bci o el Chile, que pueden desacoplarse para participar por sí solos o crear otro consorcio, como también Sonda.
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