Masisa baja 25% producción en Brasil por efecto crisis económica

La crisis económica por la que atraviesa Brasil obligó a Masisa -ligada a Grupo Nueva- a reducir la producción de sus plantas en ese país, ante la menor demanda de productos por parte del sector industrial y retail.

Según el presidente de la compañía, Roberto Salas, el año pasado la firma redujo 25% su producción de tableros MDP, dedicados principalmente a la industria de la producción de muebles, y MDF, orientados al aérea industrial.

“El mercado brasileño ha tenido típicamente un crecimiento de dos dígitos, y desde hace dos años, ese crecimiento se redujo a cero. Este año estamos estabilizados en un crecimiento sumamente bajo. Este comportamiento de la demanda hace que las empresas tengamos que ajustar las producciones, hemos reducido por lo menos 20% o 25% en el último año, sobre todo en los productos que van a la línea de los muebles en serie, que es el MDP”, dijo.

El ejecutivo estima que la resolución de la crisis política que afecta a ese país, donde la presidenta en ejercicio Dilma Rousseff enfrenta un proceso de destitución, podría dar pie a una mejora de las condiciones económicas, lo que ocurriría no antes de dos años.

En junio, la firma pondrá en operación la planta de tableros que tienen en México, los que según Salas les permitirá incrementar hasta el 45% su participación de mercado, definido como uno de los prioritarios. Otros focos estarán en las exportaciones y el crecimiento en valor agregado de los productos que fabrican.

“Este año nos vamos a focalizar en rentabilizar la operación en México, aunque obviamente tenemos en carpeta algunas iniciativas de inversión”, dijo.

Respecto a la situación de las operaciones de Venezuela, país que atraviesa por una crisis energética, Salas señaló que por la ubicación de sus operaciones aún no han sido afectados por los cortes de suministro, pero que están en condiciones de reducir su producción en hasta 10% si ve afectada la operación.

Este año Masisa profundizará su proceso de venta de activos prescindibles, donde el objetivo es US$ 130 millones de desinversión o traspaso a terceros de activos.