Hace tres años, también en noviembre, la pesquera y salmonera Blumar Seafoods inició lo que hoy es considerado una tradición: una cena anual entre trabajadores, ejecutivos y directores de la empresa para poder discutir sobre las principales temáticas del sector.
En esta oportunidad, la cita se concretó en Concepción donde los nueve representantes de los sindicatos, cuyos presidentes representan a casi mil trabajadores, pudieron plantear las inquietudes sociales y económicas que desató la ola de manifestaciones del 18 de octubre.
Fue una cena de más de cuatro horas y que contó con la presencia del presidente de la firma, Rodrigo Sarquis; el vicepresidente, Pablo Santa Cruz; el gerente general, Gerardo Balbontín, y el de Personas, Raúl Hermosilla.
“Esta es una muy buena instancia para generar conversaciones, ya que ambas partes deben tener la oportunidad de intercambiar ideas. Además, no sólo deben estar los ejecutivos de la compañía sino que también los directores”, dijo Balbontín.
Como era de esperarse, el momento del país centró la atención. Los máximos ejecutivos de Blumar intercambiaron opiniones con los presidentes de los sindicatos sobre el sistema de pensiones, la situación de los trabajadores y los principales conflictos sociales.
Balbontín dice que lo que ha ocurrido “es un tremendo aviso para la clase política y para los gremios. Es un llamado de atención para ver cómo abordamos una nueva mirada basada en resolución colaborativa de los temas país”.
De este modo, comentó que uno de los puntos en que concordaron con los sindicatos fue condenar las manifestaciones violentas por sobre todo, que en su caso incluye el paro en Quellón que impidió que 700 personas se desempeñaran en sus funciones durante una semana.
“Nosotros estuvimos una semana detenidos por el paro en Quellón, donde estudiantes no dejaron operar a cinco compañías. Junto con los trabajdores condenamos fuertemente la violencia, porque le quitaron el derecho de trabajar al resto de las personas”, explicó Balbontín.
Consultada la presidenta del sindicatos de salmones de Blumar, Paola Sanhueza, dijo que la reunión fue muy positiva porque “sabemos que cuando a la empresa le va bien a nosotros también”.
“Estábamos retomando la normalidad cuando surgieron las demandas sociales, que compartimos, sin embargo, nos llama la atención la forma, pedimos respeto por nuestro trabajo y a no perder las instancias de comunicación”, indicó.
Para Balbontín, la reunión anual de noviembre de Blumar es una muy buena medida para entender la realidad de los trabajadores y “hay que potenciarlo cada vez más”.
A juicio del ejecutivo, la consecuencia más grande del conflicto es “el deterioro de la imagen país (...) los extranjeros nos preguntan qué pasa con Chile y uno como proveedor no sabe responder”.
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