Fin a financiamiento de consorcios complica a la industria vitivinícola

Como preocupante califican en la industria el fin del financiamiento por parte de InnovaChile, de los consorcios tecnológico Vinnova y Tecnovid, ya que mientras el primero culminó en 2010, los recursos del segundo finalizan en 2011. 
Si bien siempre se contempló que los casi US$10 millones utilizados para investigación y desarrollo de 24 iniciativas serían por cinco años, la no continuidad de estos consorcios ha generado la molestia en el sector al considerar que se “está quitando un instrumento que sirve y aún hay proyectos en curso”, señala Elena Carretero, gerente general de los consorcios, considerando que con ellos han ejecutado iniciativas de acuerdo a las necesidades que la propia industria ha requerido. De hecho, René Merino, presidente de Vinos de Chile, indicó en enero pasado que también se está poniendo en riesgo la asociatividad del sector, ya que bajo la nueva modalidad que busca financiar sólo proyectos específicos y otorgar beneficios tributarios, permitirá “que sólo las empresas grandes y que tienen utilidades lo utilicen, mientras que las pymes quedarán fuera al no tener caja disponible”. Agrega que al igual como lo hacen otro países, como Australia (que en 2010 destinó US$59 millones australianos a I+D) o Nueva Zelanda que cuentan con apoyo estatal, el gobierno debería apoyar por la vía del subsidio.

A la fecha, gracias a los consorcios han logrado ejecutar programas como el estudio interdisciplinario de preferencias de los consumidores, una red de estaciones meteorológicas para el manejo del viñedo y un código nacional de sustentabilidad.