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Columnista

Más productividad, más empleo: una mirada empresarial

Por Alejandra Loyola, socia de TheHouse Advisory.

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 12 de septiembre de 2025 a las 10:00 hrs.

Comenzó septiembre y la llegada del Mes de la Patria coincidió con la formación de una mesa tripartita proempleo. El anuncio lo realizó el ministro de Hacienda, Nicolás Grau, quien días antes había señalado: “El desempleo que tenemos en la actualidad es nuestro mayor desafío económico”.

En este foro, los empresarios representados por la CPC, los trabajadores por la CUT y el Gobierno —a través de los ministros de Economía y del Trabajo—, tendrán la difícil misión de equilibrar los objetivos empresariales y los beneficios sociales con la necesidad creciente de mayor productividad y generación de valor.

Tal como lo evidenció el Banco Central esta semana, cuando la capacidad de la empresa de dar trabajo se estrangula por permisos, regulaciones que rigidizan el empleo e imponen alzas en los costos laborales, el horizonte es complejo. Por su parte, el Estado no ha creado empleo eficiente, basta ver la informalidad, empleos públicos de baja productividad, abuso de licencias médicas, ausentismo, viajes injustificados y un aparato estatal cada vez más grande, pero no necesariamente más efectivo. Estos vicios encarecen el trabajo y erosionan la confianza en el mercado laboral.

Es un hecho que la desaceleración económica ralentiza la creación de puestos de trabajo. Necesitamos volver a crecer y aportar con medidas que impulsen la productividad. Es clave generar organizaciones más efectivas, capaces de adaptarse, de sostener su desarrollo y potenciar la creación de empleo de calidad.

A nivel empresarial, prácticas como la robustez estratégica, la claridad en la definición de roles y responsabilidades, la gestión por resultados y los procesos con indicadores medibles impulsan la efectividad organizacional, fortalecen el compromiso de los equipos y facilitan la retención y el desarrollo de talento. En nuestra experiencia, estos factores son claves para enfrentar escenarios complejos.

En el desarrollo individual, los datos muestran que cerca del 70% del aprendizaje proviene de la experiencia directa: asumir nuevos desafíos, participar en proyectos o rotar de rol. Otro 20% se adquiere mediante el modelaje de líderes, y solo el 10% a través de capacitaciones formales. Diseñar entornos donde las personas evolucionen dentro de la organización mejora su empleabilidad y el desempeño del negocio.

Cuando las personas crecen, las organizaciones se fortalecen. Y cuando una empresa es más efectiva, se vuelve más productiva. Allí comienza un círculo virtuoso.

No es necesario seguir rigidizando el mercado laboral, se requiere una agenda que incentive la flexibilidad y la productividad. La experiencia de España es ilustrativa: con una tasa de desempleo superior al 10%, la rigidez en la negociación colectiva y los altos costos de contratación han limitado la respuesta empresarial. En contraste, países como Japón o Canadá han apostado por marcos laborales más flexibles, formación continua y alianzas público-privadas.

Retomar la ruta del crecimiento y la reactivación del mercado laboral es urgente. De lo contrario, quienes más sufrirán serán los más vulnerables: si la tasa de desempleo nacional llegó a 8,7% en el trimestre mayo-julio, la desocupación femenina alcanzó 9,7% y la juvenil un preocupante 16,6%, según cifras del Injuv.

Cerrar la brecha de productividad, impulsar un mercado laboral más flexible y avanzar en una agenda procrecimiento serán determinantes para mejorar el empleo y, con ello, la calidad de vida de miles de chilenos.

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