Opinión
Balance presidencial y tecnología
Raúl Ciudad
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Uno de los compromisos recién reiterados por el presidente de la República en el balance de su gestión es alcanzar la modernización del Estado. Esta es una importante tarea que facilitará, gracias a la tecnología, la realización de diversos trámites, reducirá sus costos y permitirá el acceso a información a una mayor cantidad de personas.
Actualmente los avances en materia de digitalización del Estado han brindado grandes ventajas para nuestro país, otorgando una mejor calidad de servicio para los usuarios y ahorrando diversos recursos para el aparato fiscal. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, y ahí reside uno de los principales desafíos que enfrenta el gobierno en materia tecnológica. De 1.600 trámites posibles sólo 400 pueden realizarse por esta vía y todavía queda pendiente lograr que los sistemas públicos sean interoperables, lo que facilitaría el cumplimiento de la meta de ahorrar 100 millones de horas en trámites con el Estado de aquí a 2014.
Necesitamos un Chile más moderno y para eso tenemos que apurar el paso especialmente en las áreas que, teniendo tecnología disponible, no han logrado incorporarla en sus procesos. En salud, por ejemplo, la ficha clínica electrónica, la entrega de resultados de exámenes médicos o la toma de horas a través de Internet servirían para mejorar la atención a las miles de personas que cada día utilizan el servicio público.
El creciente acceso a Internet y a tecnologías como el celular, que ya supera el 100% de penetración en nuestro país, es una condición que Chile debe aprovechar. Hacer cada vez más disponibles una mayor cantidad de agentes del Estado a través de las TI brindará importantes ahorros no sólo para el público, sino también en los distintos procesos de la gestión gubernamental. A esto se suma una relación más fluida y amigable entre el Estado y los ciudadanos, gracias a la tecnología.
Continuar impulsando este tipo de iniciativas resulta fundamental para que nuestro país acceda a los índices de competitividad de las naciones más desarrolladas, en las que la incorporación de las TIC a la gestión estatal ha sido un imperativo que ha contribuido decididamente a su desarrollo.
Actualmente los avances en materia de digitalización del Estado han brindado grandes ventajas para nuestro país, otorgando una mejor calidad de servicio para los usuarios y ahorrando diversos recursos para el aparato fiscal. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, y ahí reside uno de los principales desafíos que enfrenta el gobierno en materia tecnológica. De 1.600 trámites posibles sólo 400 pueden realizarse por esta vía y todavía queda pendiente lograr que los sistemas públicos sean interoperables, lo que facilitaría el cumplimiento de la meta de ahorrar 100 millones de horas en trámites con el Estado de aquí a 2014.
Necesitamos un Chile más moderno y para eso tenemos que apurar el paso especialmente en las áreas que, teniendo tecnología disponible, no han logrado incorporarla en sus procesos. En salud, por ejemplo, la ficha clínica electrónica, la entrega de resultados de exámenes médicos o la toma de horas a través de Internet servirían para mejorar la atención a las miles de personas que cada día utilizan el servicio público.
El creciente acceso a Internet y a tecnologías como el celular, que ya supera el 100% de penetración en nuestro país, es una condición que Chile debe aprovechar. Hacer cada vez más disponibles una mayor cantidad de agentes del Estado a través de las TI brindará importantes ahorros no sólo para el público, sino también en los distintos procesos de la gestión gubernamental. A esto se suma una relación más fluida y amigable entre el Estado y los ciudadanos, gracias a la tecnología.
Continuar impulsando este tipo de iniciativas resulta fundamental para que nuestro país acceda a los índices de competitividad de las naciones más desarrolladas, en las que la incorporación de las TIC a la gestión estatal ha sido un imperativo que ha contribuido decididamente a su desarrollo.
